jueves, 18 de octubre de 2012

Eko, el dibujante filósofo


Héctor de la Garza /
Mejor conocido como Eko, no es un caricaturista común. Ha trabajado en periódicos, pero lo suyo no es editorialización del momento: su trabajo tiene otros alcances filosóficos. 

Su inspiración: Friedrich Nietzsche (“al que todavía no acabo de entender pero cuya ideas me sirven como huesos aventados al aire, como motores de búsqueda”). Su principal interés: el cuerpo humano.

“Cuando dibujas el cuerpo humano estás obligado a ser sintético. Como yo trabajo con las pulsiones y las pasiones, me sobra la fecha del día, me sobra el nacionalismo, me sobran las noticias”.

Últimamente a Eko le ha dado por convertir sus dibujos en grabados y eso no es un capricho. Se trata de una manera de objetivar sus dibujos, de volverlos objetos no sólo tangibles: perdurables. “Todos dibujamos. Dibujar es un gesto. Yo puedo darte un dibujo en un papel, tú vas al baño y lo usas y ahí se fue el dibujo.


“Pero al convertir el dibujo en una placa de cobre o de madera tú conviertes el dibujo en un objeto que perdura, que puedo quedarme y del que no es fácil deshacerse. Es una manera de darme autonomía a mí como autor”.

Hace grabados es un trabajo muy físico, explica Eko. Implica usar un cuchillo o un punzón de diamante que hiere la madera o el cobre. El azar se enreda en el juego. “Con un dibujo yo tengo el control de cómo quedará la obra final, pero no así con un grabado”.

—Como dice Bob Dylan, el artista crea obras incompletas…

“Estoy totalmente de acuerdo. Llamar arte a mi trabajo puede sonar pretencioso, lo es, pero me interesa eso del arte que no se puede controlar, lo que está más allá de la razón, y que despierta algo en todos nosotros. Y el que mira, completa”.

A base de grabados Eko confeccionó su libro Aforismos y máximas (Jus), publicado en 2010. Conformado por 365 dibujos, cada uno acompañado por un aforismo, el libro funciona como una especie de I Ching gráfico, una manera de leerse la fortuna “como hacían los romanos con la Eneida o los cristianos con la Biblia”. Se le hace una pregunta al libro y se abre al azar en una página y aparece la respuesta. “Hay esclavos que merecen sus cadenas” dice uno de los aforismos. “Si está por caer, derríbalo” espeta con brutalidad otro.

En el proceso de hacer Aforismos y máximas el azar tuvo, desde el inicio, un papel definitivo. “Hice 5,000 aforismos y los puse en el suelo. Los sillones, la cocina, el taller, toda mi casa estaba llena de aforismos. Recogí los 365 al azar e igualmente al azar los ordené”. Algo que está más allá de la razón, del supuesto orden establecido, es lo que anima místicamente a Aforismos y máximas.

El trabajo de Eko juega con dicotomías: azar, razón; placer, dolor; crueldad y erotismo. El cuerpo humano en toda su carnalidad, al centro de sus preocupaciones.

—Su trabajo ha sido considerado erótico…

“No es erotismo, hemos fijado al erotismo en la genitalidad y en mis dibujos eso no aparece. En el cuerpo sucede todo, me interesa abordar la condición humana en todas sus maravillosas complejidades, nuestras pulsiones naturales. El cuerpo es el escenario de todas nuestras pasiones…

No quiero decir bajar pasiones porque eso es moralina y la moralina es basura, cambia según el barrio en el que estés, la cultura en que crezcas… A lo que me refiero es a las implicaciones éticas del cuerpo humano, nuestra naturaleza, que tiende hacia la crueldad”.

—Una idea muy nietzscheana.


“Sade y Nietzsche escribieron que las leyes, los códigos de conducta existen para restringir a nuestra verdadera naturaleza que es de hijos de puta… El placer es momentáneo, pero el sufrimiento nos acompaña siempre. En sánscrito la palabra “placer” significa pasado: el placer se te va de las manos, es algo que apenas viviste, que fue un sueño”.

—¿De dónde viene ese interés por Nietzsche?


“Yo fui educado por monjas, unas hijas de la chingada que me daban de tablazos, y también por maestros maristas, que como todos los maestros, abusaban de sus alumnos.

“Desde niño aprendí a relacionar placer y dolor. Cuando tenía unos 15 años leo Cómo filosofas a martillazos (de Nietzsche). No entendí gran cosa, sigo sin entender del todo, pero las ideas de Nietzsche son guías provocativas que despiertan en mí algo que crea”.

Eko prepara, junto al escritor Paco Ignacio Taibo II, una novela gráfica sobre Pancho Villa que verá la luz el próximo año. También hecha a base de grabados, la novela es protagonizada por la Batalla de Zacatecas, episodio cumbre la Revolución Mexicana en el que la División del Norte de Villa venció al ejército federalista. O “el ejército reaccionario”, como lo llama Eko.

“Todas las batallas son iguales. Lo que las hace diferentes es el acercamiento a sus personajes. Si yo narro lo que pensaba Felipe Ángeles, o lo que vivía un indígena soldado de la leva que estaba ahí contra su voluntad o del oficial federalista que no huye y que sabe que los villistas lo van a matar, entonces estoy de verdad contando lo que pasó”.

Microhistoria y filosofía en un cómic: sin duda no hay que perdérselo.

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