Nota de Sin embargo.
Mañana, en el último segundo del 30 de noviembre, Felipe de
Jesús Calderón Hinojosa dejará de ser Presidente de México. A partir de ese
momento comenzará a ser juzgado por sus acciones de gobierno, ya sin el poder
que ejerció en la administración federal e incluso en su partido, el PAN. En
los últimos días han comenzado a aparecer acusaciones cada vez más graves en su
contra, particularmente en el tema que dominó el sexenio: la guerra contra el
narcotráfico. Pero, sin duda, denuncias de ese tipo por irregularidades en su
gestión se sumarán otras en los próximos meses.
No hay que olvidar que una de
las querellas más importantes en su contra está ya en manos de la Corte Penal
Internacional de La Haya, que actualmente estudia si acepta la petición para
enjuiciar a Calderón Hinojosa y a su gabinete de seguridad por crímenes de
guerra y de lesa humanidad. Si La Haya abre el análisis preliminar sobre ese
caso mexicano, la Fiscalía señalaría la responsabilidad del gobierno federal
calderonista sobre los más de 60 mil civiles asesinados, 13 mil desaparecidos,
250 mil desplazados, 30 mil infantes enrolados en los cárteles de la droga y decenas
de torturados en cuarteles militares. De iniciarse ese proceso judicial, el
ahora mandatario saliente de México no podría alegar inmunidad presidencial por
lo que él mismo ha llamado “daños colaterales” de su guerra, cuyo saldo de
muertos alcanza cifras similares a las de las guerras de los Balcanes e Irak,
de acuerdo con la organización México Evalúa. El 14 de julio pasado, en una
entrevista con el diario español El País, Calderón afirmó que no teme ser
llevado ante la Corte Internacional de La Haya porque, aseguró, ha actuado con
escrupuloso respeto a la ley. Aunque ha habido una gran cantidad de homicidios
argumentó –como ha sido su costumbre durante todo su sexenio– que los que los
cometen son los criminales y que como gobernante hubiera sido una gran
irresponsabilidad no haber actuado. También dijo que seguramente las fuerzas
armadas y la policía federal, que comandó su funcionario intocable Genaro
García Luna, han cometido violaciones a los derechos humanos, pero que éstas
han sido excepcionales. Sin embargo, mientras se le echa más aceite al fuego,
Calderón aguardará cómodo la oleada de acusaciones en su contra. Vivirá en
Estados Unidos, en Boston, Massachusetts, considerada una de las ciudades con
mayor nivel de vida no sólo en ese país sino en el mundo. Dará clases en la
Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, que es la
institución de enseñanza superior más antigua de EU y calificada como la mejor
universidad a nivel global. Y, por si fuera poco, recibirá una pensión de 215
mil pesos mensuales, además de que tiene cubiertos gastos médicos mayores para
él y su familia; podrá ocupar inmuebles propiedad del Estado mexicano; podrá
utilizar vehículos blindados; dispondrá de boletos de avión; también tendrá a
su disposición escoltas que incluyen: 45 elementos del Ejército, entre ellos un
general, cuatro jefes de tropa, ocho oficiales y 32 miembros de tropa; además
de 22 elementos de la Marina: dos almirantes, cuatro oficiales y 16 miembros de
tropa. Por si lo anterior no fuera suficiente dispondrá de 23 empleados
administrativos y un aguinaldo anual de 43 mil pesos. Más comodidades no se
pueden pedir. Ni los ex presidentes de Estados Unidos, aún la nación más
poderosa del mundo, reciben ese trato de jeques. Así de cómodo, y con la
protección que ha ganado con sus alianzas políticas, Felipe Calderón Hinojosa
enfrentará el juicio de la historia. No sabemos si las denuncias llegarán a
convertirse en procesos judiciales. Pero lo que es seguro es que su imagen
permanecerá ligada a la violencia, la muerte, los abusos y el dolor de cientos
de miles de familias en México.
Este contenido ha sido publicado originalmente por
SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección:
http://www.sinembargo.mx/opinion/29-11-2012/10960.
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