¿Bombazo, accidente o autoatentado?… Son las hipótesis que
siguen en la opinión pública mientras el gobierno continúa con su política de
ocultamiento y falta de transparencia en materia de información.
El
martirologio petrolero aumenta, mientras rumores y especulación crecen en torno
a la tragedia del edificio B2 de Pemex, una tragedia anunciada y fomentada por
la falta de medidas de seguridad y mantenimiento del extenso complejo
administrativo de la paraestatal.
“El incidente”, como al principio lo llamó
Enrique Peña Nieto, está envuelto de más preguntas y dudas, que certezas.
¿Cuántos desaparecidos hay? ¿Por qué han prohibido a los trabajadores de Pemex
hablar de las razones del siniestro? ¿Cuáles son las líneas de investigación en
las que trabajan después de cinco días de labores?
El PRI en el poder con sus
aliados no han dejado claro si lo que pretenden es apertura o privatización de
Pemex, pero los mexicanos podemos imaginar que el gran botín negro de la
riqueza nacional sea un dulce anhelo para llenar los bolsillos de unos cuantos
y empobrecer más al pueblo. El secretario de Hacienda, Fernando Aportela, nos
ha dejado claro que el gobierno peñanietista tiene prisa por realizar su
reforma: “No hay razón por la cual esperar. Al final del día lo que se quiere
es tener un nivel de desarrollo más amplio y es mejor empezarlo; ya hay un
calendario”. Y aunque el Ejecutivo ha insistido que no hay intención de
“privatizar” Pemex, todo indica que la explicación no pedida es justamente la
“acusación manifiesta” que nos anuncia el futuro incierto de Pemex.
La “gran
transformación” de México incluye por tanto la venta de Pemex: “Por qué seguir
anclados a los dogmas, a este debate anacrónico, obsoleto, cuando otros países
como Brasil, como Colombia, como Cuba, han hecho reformas precisamente para
volverse más productivos”, dijo el señor Peña, mientras los familiares velaban
a los fallecidos de la explosión.
La reforma peñanietista incluye la
exploración y producción de hidrocarburos y la explotación de gas seco o no
convencional; y la asociación privada en procesos de la industria petrolera. El
PRD en el Senado de la República ya tiene el borrador de la iniciativa en
materia energética que Cuauhtémoc Cárdenas coordinó. Entre otras cosas,
proponen que la Secretaría de Hacienda no controle las adecuaciones
presupuestales de Pemex y sus organismos subsidiarios y que el Consejo de
Administración de Pemex avale dichas adecuaciones. Ya veremos en qué termina.
Los ciudadanos somos convidados sin voz ni voto a este paso trascendental de
transformación del sistema económico y político nacional. Y no existen
casualidades.
La explosión de la Torre Pemex es una señal de alerta que
proporciona en lenguaje cifrado muchas de las claves en torno al futuro de
Pemex. El señor Peña nos deja claro que 35 muertos y decenas de lesionados, son
lamentablemente los daños colaterales de las ambiciones gobiernistas del PRI y
sus aliados, en torno al oro negro.
Este contenido ha sido publicado originalmente por
SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/04-02-2013/12332.
http://www.youtube.com/watch?v=L3or1yBsZ6Q&feature=em-subs_digest-vrecs
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