En vivo, de cara a la nación, el Presidente Bill Clinton
negó haber tenido relaciones sexuales con Mónica Lewinsky. La presión era
mucha. Los tribunales habían recibido ya una denuncia de la becaria y la prensa
repetía el caso hasta el cansancio. Clinton mintió y debió aceptarlo. Porque la
otra opción era que discutiera que para él, un jugueteo que incluía actos
sexuales hardcore no eran “relaciones sexuales” en forma. Y debió aceptarlo y
pagar con el descrédito (y la derrota electoral) porque la sociedad
estadounidense lo presionó hasta el borde de casi dejarlo en la calle. Casos
como el de Clinton se repiten en el mundo cada de cuando en cuando. Al que
llaman “rey” en España, Juan Carlos, ha debido salir al público a ofrecer
disculpas y decir “no lo vuelvo a hacer”, por ejemplo, después de haber
asesinado a un elefante (con más virtudes que él, un zángano). No me puedo
quitar de la cabeza: ¿Cómo es que los políticos en México, como Enrique Peña
Nieto, pueden mentir con tanta facilidad sin que nadie les exija, ni un
tribunal ni los ciudadanos, que enfrenten a la Nación?
Las
dos mentiras más famosas del último año y medio, vinculadas con Peña Nieto, son
de una importancia toral para el país. De la primera hablé aquí mismo hace poco
tiempo: Cuando, en su Sexto Informe de Gobierno, dijo que habían disminuido los
homicidios en el Estado de México. Mintió, y a niveles realmente escandalosos:
un periodista de The Economist, y no uno de nosotros, lo descubrió.
La segunda
es todavía peor. El coordinador de la campaña de Josefina Vázquez Mota, Roberto
Gil Zuarth, le pregunta a Luis Videgaray, el hombre fuerte de Peña Nieto, si
usaban Monex o no. —No —respondió seco el priísta, ante cámaras y micrófonos.
Mintió como un caradura. Deliberadamente. Y no lo digo yo: El IFE (al que uno
puede o no creerle) (y es terrible que esa Institución esté en estos niveles de
desprestigio) lo dictaminó… aquel día surrealista en el que también dictaminó
que el PRI no tenía culpa por el manejo ilegal de recursos durante la campaña
de Peña Nieto.
Ahora está el tema de las vacaciones en Punta Mita. Si uno se
informará solamente por la televisión, el Presidente Enrique Peña Nieto no se
fue de vacaciones justo después de declarar luto nacional, cuando los cuerpos
de varios mexicanos yacían calientitos bajo los escombros de la Torre de Pemex.
Si uno sólo se alimentara de cierta prensa, el Jefe del Ejecutivo no abandonó
el mando en plena emergencia nacional. Cuento esto rápido: Primero fue el
periódico Reforma y luego otros medios —como SinEmbargo— informaron, la tarde
del sábado, que Peña estaba de vacaciones mientras se rescataban cuerpos en el
anexo de la Torre de Pemex. En medio de la tragedia, vacaciones. Presidencia
hizo silencio durante horas. Y ya de madrugada, por medio de la cuenta de
Twitter de Pemex (de manera inusual: imagino que Comunicación Social sí se
quedó en las vacaciones) se informó que el mandatario recorría la zona cero. El
escándalo ya había escalado a niveles penosos.
Si usted que me lee no sabe
quiénes informaron y quienes se callaron lo de Punta Mita, muy sencillo: vaya a
los diarios y aplique “Punta Mita” en sus buscadores. No pierda el tiempo con
la televisión; se los digo: ni una palabra. El ejercicio le servirá para que
sepa bien con quién se informa. (Yo, en su lugar, dejaría de informarme en esos
medios. Pero no soy nadie. Usted haga lo que quiera). Lo que sí salió en esos
medios es que el Presidente estuvo, la madrugada del sábado, en la Torre de
Pemex. Es decir: una buena parte de la ciudadanía mexicana jamás se enteró que
su Presidente se fue de vacaciones mientras el país, en teoría, lloraba a sus
muertos. Otra vez, la mentira disfrazada. Y lo de The Economist y lo de Monex
tuvieron un trato similar en gran parte de la prensa.
Esa prensa no mintió:
simplemente omitió dar información vital. Pero el PRI de Peña Nieto mintió.
Logró engañar a los ciudadanos. Mintió, y alejó a los votantes de información
vital. ¿Vital? Sí, vital: El Estado de México está hoy en guerra porque Peña
Nieto ocultó la realidad de la violencia; y el PRI está en Los Pinos porque mintió
por lo menos con Monex. Así nada más. Imagínese. *** Clinton no renuncio a
causa de aquel episodio. La sociedad estadounidense tuvo toda la información
para evaluar, y su fallo fue: ha sido un buen Presidente; dejémoslo que termine
su mandato. Pero le negaron a los demócratas seguir en la Casa Blanca. Sin
embargo, a Richard Nixon sí lo echaron a la calle y al basurero de la historia
por mentir. En México, le garantizo que la gran mayoría no supo lo de la
mentira con los homicidios en Edomex, la mentira con Monex, y la mentira,
construida con medias verdades y complicidades, sobre el viaje de vacaciones en
medio de la tragedia. ***
Viviremos una democracia simulada si los medios no
asumen su rol de imparcialidad. S
eguiremos viviendo una democracia simulada,
cómoda, mientras no tengamos una prensa libre, limpia, confiable. Pero, sobre
todo, viviremos en una democracia al servicio del dinero mientras la clase
política, toda, no entienda que una mentira es una mentira, y que debe ser
castigada como tal. Para el que siempre hace la misma pregunta (“sí, pero, ¿y
qué hacemos?”), yo creo que el camino es largo y el trabajo es mucho: hay que
leer más, hay que mantenerse bien informado y con distintas fuentes; hay que
compartir la información con tantos como podamos y hay que tratar de vivir sin
mentiras ni autoengaños. No soy un revolucionario, disculpen; sólo se me
ocurren las cosas más simples.
Postdata. Definición de Duelo Nacional, tomado
de la página de Presidencia de la República: “El Duelo Nacional consiste en
izar la Bandera Nacional a media asta en escuelas, templos y edificios
públicos, así como en las sedes de las representaciones diplomáticas y
consulares de México. Esta condición es decretada por el Presidente de la
República como atención a algún acontecimiento relevante sucedido en el país.
Este hecho no involucra la suspensión de ninguna actividad gubernamental o de
la sociedad civil, su justificación se basa en la Ley sobre el Escudo, la
Bandera y el Himno Nacional”. @paezvarela
Este contenido ha sido publicado originalmente por
SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/04-02-2013/12323
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