Esta obra se estrenó el 15 de agosto de 1941, con la
Orquesta Sinfónica de México dirigida por Carlos Chávez.
El Huapango de José Pablo Moncayo es por mucho una de las piezas
insignes dentro del Nacionalismo mexicano y goza con una especial predilección
de la gente por encima de otras obras de este carácter. El uso de “aires” o elementos altamente
reconocibles o identificables con el sentido nacional es lo que da esa
particular categoría.
Recordemos que el movimiento Nacionalista en México surge en
1928 y dura hasta 1958 conteniendo en su
momento de mayor fortaleza una íntima relación ideológica y política. Se buscó
una reafirmación (limitada, en realidad) de la identidad étnica del pueblo
mexicano.
Este Huapango está integrado por tres sones emblemáticos del
estado de Veracruz (¡Tenía que ser, viva la musicalidad de sangre veracruzana y la belleza de
sus huapangos!) que son “Bajalú”, “El Gavilancito” y “Siquisiri”.
Pieza que emociona escuchar, que unifica e identifica, el
Huapango es una obra compleja
rítmicamente, llena de colorido, de aromas, de sabores, es inevitable no
sentirla mía, o más bien… sentirme parte de esta obra.
¿A ustedes qué les parece esta obra?
¿Qué elementos oyen
cuando la escuchan?
¿Qué les dice al oído este “popurrí” sonoro?
Disfrútenla.
A. O.
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