Nota de Sinembargo
¿Qué
clase de líder sindical puede ser Carlos Antonio Romero Deschamps si ayer, a 70
días de que el Poder Legislativo comenzó a discutir la Reforma Laboral, no sabe
nada sobre su contenido? ¿Cómo puede ser que el dirigente del Sindicato de
Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) desconozca una
propuesta de cambio a la Ley Federal del Trabajo, cuando desde hace mes y medio
se discuten, por primera vez desde hace 40 años, modificaciones a la misma?
¿Por qué Romero Deschamps, quien además es senador por el PRI y es integrante
de la Comisión de Energía del Senado de la República, no se ha tomado la molestia
de leer un documento ampliamente discutido en las Cámaras Alta y Baja?
Deschamps, quien dirige el STPRM desde 1996 y fue reelecto el pasado 20 de
octubre por seis años más, llegó a la secretaría general del sindicato
petrolero en sustitución de Sebastián Guzmán Cabrera, quien a su vez sustituyó
a Joaquín Hernández Galicia. Es, pues, el beneficiario indirecto del “Quinazo”
del 10 de enero de 1989, ordenado por Carlos Salinas de Gortari para eliminar a
Hernández Galicia, “La Quina”, quien fue encarcelado por acopio ilegal de armas
y corrupción, bajo el pretexto de iniciar una “modernización” en ese gremio
sindical. Pero esa “modernización” no hizo sino impulsar a un “dirigente” que
acumula aún más entredichos que sus antecesores. Romero Deschamps gana oficialmente,
como “obrero” de la paraestatal petrolera, 24 mil 633 pesos. Sin embargo, se
calcula que es poseedor de una inmensa fortuna, aunque no se tiene claro de
cuánto es, gracias a las bondades de la Ley Federal del Trabajo que, ni antes
ni ahora –gracias al PRI–, le exige entregar cuentas ni transparentar sus
recursos. Lo cierto es que diversas investigaciones de prensa, de legisladores
y de sindicalistas opositores han consignado que es poseedor de un departamento
en Cancún, frente al Bulevar Kikulkán; un yate de nombrado “El Indomable”,
valuado en un millón y medio de dólares; una colección de coches antiguos,
valuada en 5 millones de dólares; una lujosa residencia en el exclusivo
fraccionamiento Paseos de la Reforma, en el Estado de México; una flotilla de
carros tanque; algunos ranchos y cabezas de ganado y, además, es socio
mayoritario de Banorte, entre algunas de las posesiones que han podido ser
identificadas. También, como publicó Reforma el 19 de mayo pasado, con su
sueldo de “obrero”, al que habría que sumarle el de legislador, le alcanza para
que su hija consentida Paulina Romero Deschamps presuma en su página de
Facebook [“Pauli Rod”] sus viajes por el mundo, en avión privado y acompañada
de sus tres perros; sus paseos en yate y comidas en sitios de lujo; sus bolsos
Hermés de miles de dólares y el que tome vinos de 500 euros por botella. Uno de
sus hijos, además, puede vivir sin trabajar y, de acuerdo con información
publicada por Carlos Loret de Mola, ser cliente recurrente del Smith & Wollensky,
un lujoso restaurante de carnes en Miami, Florida, al que llega conduciendo un
Ferrari de 7 millones de dólares. En 2003, por ejemplo, las revistas de
sociales consignaron cómo el líder petrolero festejó las nupcias de su hijo
José Carlos Romero Durán con una fiesta en la que rentó a la Orquesta Sinfónica
de la Ciudad de México y el coro de Bellas Artes. La boda se llevó a cabo en la
Hostería del Bohemio y la misa fue oficiada por el entonces obispo Onésimo
Cepeda Silva. Nada mal para un “obrero” que ingresó a Petróleos Mexicanos como
limpiador de tuberías y de tanques de almacenamiento. Sus antecedentes de
corrupción incluyen el protagonizar el “Pemexgate”, que le valió ser acusado
–junto a los también líderes petroleros Ricardo Aldana Prieto y Jesús Olvera
Méndez– como uno de los presuntos responsables del desvío de 640 millones de
pesos de recursos públicos asignados al gremio para la campaña presidencial del
PRI en 2000. En el proceso, Romero Deschamps obtuvo varios amparos que le
impidieron ir a la cárcel. Al final, el Partido Revolucionario Institucional
fue multado con mil millones de pesos y todo quedó en el olvido. Entonces, ¿qué
puede importarle a este señor el contenido de la Reforma Laboral? Es obvio que
le tiene sin cuidado. Él sigue siendo un intocable y el destino de los
trabajadores no le importa mientras respondan a sus demandas, particularmente
cuando se trata de presionar a los gobiernos federal y estatal en turno, así
como a los directivos de Pemex. “Todavía no la conozco, no la conocemos, se
acaba de aprobar, acaba de llegar a la Cámara, miren dónde estoy. Mientras no
la conozca no puedo emitir opinión”, dijo ayer el sindicalista muy quitado de
la pena, al argumentar que no sabe nada de los cambios en la Ley Federal del
Trabajo. Una verdadera burla para los trabajadores de Pemex, para el
sindicalismo, para el PRI –si es que la tiene– y para México, pues gracias al
voto de los legisladores del tricolor y del PAN, dirigentes como Romero
Deschamps seguirán amasando fortunas incalculables sin que la ley los obligue a
rendir cuentas.
Este contenido ha sido publicado originalmente por
SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección:
http://www.sinembargo.mx/opinion/14-11-2012/10683.
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