Resumen de La Jornada.
Yanihe Sheleentana, además de proponer a la pintura y al
arte en general, como tratamiento psicoterapéutico para dichas enfermedades en
diversos nosocomios públicos y privados de la ciudad de México, también se ha
dedicado en días recientes a hacer pública la invitación para participar el
decimoprimer concurso de pintura Sensibilidad sin límites.
Según Adriana Retuerta, durante diferentes épocas han sido
muchos los grandes artistas que han padecido bipolaridad, como los escritores
León Tolstoi y Ernest Hemingway; los compositores George Frederick Händel y
Gustav Mahler, y los pintores Michelangelo Buonarroti, Vincent van Gogh y
Jackson Pollock.
Eso no es coincidencia, tampoco gratuito, ya que estudios
científicos han demostrado que quienes padecemos esta enfermedad tenemos más
desarrollada el área de la creatividad, sostiene en entrevista.
La bipolaridad es la enfermedad del genio. Sin embargo, a lo
largo de la historia han sido poco comprendidos nuestros cambios emocionales y
de conducta y se nos ha llamado locos y tratado como tales.
Por lo anterior, rechaza que sea descabellado valerse del
arte para, de forma conjunta con el tratamiento médico, enfrentar el trastorno
afectivo bipolar (TAB), padecimiento bioquímico de los neurotransmisores
cerebrales, el cual conduce a reacciones alternadas de manía, hipomanía, en
casos leves, y episodios de depresión.
Existen muchos prejuicios y desconocimiento en la sociedad
sobre las enfermedades mentales. Es necesario que las personas se sensibilicen.
El trastorno bipolar crece; es una enfermedad muy dolorosa y de alto riesgo si
quien lo padece no se atiende; 70 por ciento de los bipolares se suicida.
Para Adriana Retuerta, el arte ha sido su mejor aliado desde
que se le diagnosticó trastorno bipolar, asegura. Primero halló cierto alivio
al escuchar música; después le vino una manía por escribir día y noche, y
terminó un libro en tres meses, del cual mandó imprimir 30 mil ejemplares que
distribuyó de manera gratuita; hace un par de años descubrió el poder liberador
de la pintura.
En la vida todo es prohibición y en la pintura todo es
libertad. Por eso pintar me ha funcionado muy bien para controlar la
bipolaridad. Es un espacio en el que me refugio y en el que encuentro libertad.
Los colores, volcarme en ellos, me permiten desahogar el estado en que me
encuentro y llenarme de paz.
http://www.jornada.unam.mx/2012/10/16/cultura/a05n1cul
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