Resumen de La Jornada.
Un lunar de bordes irregulares, con diferentes tonalidades
de color, que mide más de seis milímetros y ha modificado su forma y tamaño en
el tiempo es sospechoso de ser la manifestación de un cáncer de piel. Esta
enfermedad es de baja prevalencia en México, pero a diferencia de otros países
con mayor número de casos, aquí muchos mueren sin diagnóstico ni tratamiento
médico, aseguró Miguel Ángel Álvarez Avitia, oncólogo del Instituto Nacional de
Cancerología (Incan).
Esto es lo que explica que mientras en el vecino país del
norte, al año se reportan alrededor de 70 mil nuevos casos y cerca de 9 mil
fallecimientos (13 por ciento), en México, con mil 300 personas que cada año se
diagnostican con este mal, casi la mitad muere.
Otro factor que influye en una elevada mortalidad es que en
nuestro país, sólo 46 por ciento de los enfermos obtienen el diagnóstico de
cáncer de piel en sus etapas iniciales, mientras en Estados Unidos 84 por
ciento de los afectados llegan a los hospitales en esta etapa.
Respecto al color de la piel, Álvarez Avitia puntualizó que
la blanca explica entre 50 y 60 por ciento de los casos en las naciones con
mayor incidencia, pero existen otros tipos como el acral lentiginoso, que en
México es causante de más de la mitad de los casos.
Este se caracteriza por presentarse inicialmente en las
palmas de las manos o las plantas de los pies y debajo de las uñas. No está
vinculado directamente con la exposición al sol, pero sí tiene las mismas
consecuencias en el daño a la salud.
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