Resumen de La Jornada.
El contexto de crisis económica que enfrenta el país también
se ve reflejado en las aulas universitarias, reconocen rectores de
instituciones públicas de educación superior, quienes destacan que de 5 a 20
por ciento de su población escolar tiene problemas financieros en sus hogares,
por lo que son el sector estudiantil más vulnerable a la deserción.
Jesús Anser Rodríguez, rector de la Universidad Autónoma de
Nuevo León, afirma que entre 15 a 16 por ciento de sus 153 mil estudiantes son
de muy bajos ingresos. Actualmente, explica, están cubiertos con una beca, de
un total de cien mil que se entregan cada semestre.
Sin embargo, apunta que ante el impacto generado por el
deterioro económico en sus familias buscamos un apoyo adicional de mil 100
pesos para gastos de transporte o alimentación. El problema de estos jóvenes,
señala, es que te dicen tengo que trabajar para buscar dinero para mi casa. Ese
es el problema que tenemos y estamos tratando de solucionarlo.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública
(SEP), la distribución de estudiantes por decil de ingreso revela que sólo 20
por ciento de quienes provienen de los cuatro primeros acude a las aulas
universitarias, en contraste, con casi cien por ciento de cobertura para
quienes vienen de hogares con ingresos en los últimos deciles.
En cuanto a las principales causas de deserción se incluye
vivir en hogares con pocos recursos y no poder asumir los costos de continuar
con sus estudios, verse obligado a trabajar, tener un matrimonio temprano o
embarazo precoz, bajo desempeño académico y escaso capital cultural.
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