Ángel Vargas
Periódico La Jornada
Viernes 15 de febrero de 2013, p. 3
Más que fórmulas, el éxito tiene métodos, considera Sylvia
Rittner en relación con lo conseguido por su proyecto Ópera para niños en los
cuatro años que de forma ininterrumpida se ha presentado en el Lunario del
Auditorio Nacional.
Han sido cuatro temporadas –dos de las cuales tuvieron lugar
el año pasado– en las que se han ofrecido nueve títulos, alrededor de 25
funciones y se ha tenido una respuesta excepcional del público, que desde un
principio ha agotado las 500 localidades disponibles por función, explica la
directora de Arpegio Producciones Arte y Entretenimiento, AC.
Hacer ópera dirigida al público infantil no es más difícil,
pero tampoco más sencillo que montar obras para adultos. Se tienen los mismos
problemas, como encontrar a los mejores cantantes para cada papel, el mejor
director de escena, los mejores músicos. Por fortuna, hemos configurado un muy
buen cuerpo artístico, indica.
Más que fórmulas, hemos logrado una metodología que nos
facilita las cosas. Lo más difícil es reunir el elenco adecuado para cada
producción. El resultado de eso es el éxito. Los trabajos de Arpegio
Producciones ya están entre el arte y el entretenimiento.
Las anteriores precisiones de Rittner tienen lugar ante la
que será la quinta temporada de Ópera para niños en el Lunario, que comenzará
el 24 de febrero con el montaje de Turandot, de Giacomo Puccini, que contempla
el estreno en México de Las hadas, de Richard Wagner.
Lenguajes vocal, actoral y visual
Uno de los baluartes de Ópera para niños ha sido echar mano
del talento de jóvenes cantantes mexicanos cuyas carreras comienzan a
despuntar, incluso en el extranjero, y equilibrarlo con la inclusión en los
repartos de alguna figura nacional ya consagrada.
De ello dan testimonio las dos puestas en escena que la
compañía independiente presentará en esta quinta temporada. En Turandot, el
joven tenor Felipe Martínez Silva, como Calaf, compartirá escenario con la
reconocida mezzosoprano Belém Rodríguez, quien, dicho sea de paso, aprovecha su
papel como Turandot para preparar una audición que hará en breve para un
montaje wagneriano en Alemania.
El estreno mexicano de Las hadas, con el cual Arpegio
conmemora el bicentenario de Richard Wagner, será estelarizado por el tenor
Jorge Maciel Negrete y la soprano Sandra Maliká.
Un aspecto destacado por Sylvia Rittner de ambos títulos es
que parecen hechos ex profeso por sus autores para audiencia infantil, debido a
que literalmente son cuentos. Turandot es una historia china, mientras la otra,
como su título indica, es de hadas.
De los títulos que hemos llevado a escena, estos dos son los
más aptos para niños. Ahora no hacemos la adaptación de una ópera para adultos,
ni en lo dramatúrgico ni en ningún otro sentido. Lo más que hicimos fue una
reducción.
En el caso de la obra de Wagner, la promotora cultural
comenta que se trata de la segunda ópera del autor alemán, la cual escribió a
los 20 años y que por esa misma razón aún no tiene el nivel de complejidad de
sus títulos subsecuentes.
“En ella, Wagner da muestras de que también es divertido,
tiene un gran elemento de fantasía, además de que el autor exhibe su enorme
talento musical. Está basada en una historia italiana, La mujer serpiente, y
fue estrenada hasta después de la muerte del compositor. En particular, en
nuestro montaje queremos resaltar las maravillosas partes corales que tiene la
obra.”
Como ha ocurrido con anteriores puestas en escena, las dos
obras que integran esta primera temporada de Ópera para niños en el Lunario
fincan su propuesta en el empleo de tres distintos tipos de lenguajes: el
vocal, el actoral y el visual, esto último mediante el recurso de escenografía
multimedia.
Las funciones de Turandot serán el 24 de febrero y el 3 de
marzo, a las 13 horas, mientras Las hadas será escenificada los domingos 10, 17
y 2 4 de marzo, a la misma hora, en el Lunario del Auditorio Nacional (Reforma
y Campo Marte, Bosque de Chapultepec).
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