Resumen de La Jornada.
Una de las civilizaciones más importantes del mundo fue
orillada a la decadencia por sucesivos periodos secos que culminaron con una
sequía prolongada, de acuerdo con un estudio que arroja nueva luz sobre la
misteriosa desaparición de los mayas, alrededor del año 1100 de nuestra era.
Los eruditos se han preguntado durante mucho tiempo qué
circunstancias condujeron al fin relativamente abrupto de la civilización maya,
que existió a lo largo de dos mil años y en su época de esplendor llegó a tener
una población de 13 millones de habitantes.
Entre las teorías del colapso de la sociedad maya estaban
las guerras civiles o la hambruna producida por la degradación ambiental, pero
el estudio más reciente sugiere que la razón fue tal vez la falta de lluvia.
Científicos que han analizado la composición química de las
columnas de piedra caliza o estalagmitas del piso de la caverna de Yok Balum,
en el sur de Belice, señalaron que la región experimentó periodos de lluvia
abundante y luego sequía prolongada, que corresponden al ascenso y decadencia
de la sociedad maya.
Expediente que abarca 2 mil años
Un equipo internacional de investigadores compiló un
expediente detallado que registra 2 mil años de clima húmedo y seco en el que
se desarrollaron las ciudades mayas desde el año 300 hasta el mil.
Utilizando los datos encerrados en las estalagmitas y la
rica evidencia arqueológica creada por los mayas, el equipo publicó sus
hallazgos en la revista Science el jueves.
Las estalagmitas se forman en el piso de las cuevas por la
caída continua de agua calcárea, lo cual permite medir las precipitaciones a lo
largo del tiempo.
A diferencia de la tendencia actual de calentamiento global,
provocado por la actividad humana –incluyendo la emisión de gases de efecto
invernadero–, el cambio en el clima de América Central durante el colapso de la
civilización maya se debió a un patrón natural, masivo y ondulante.
Esta pauta climática alternativamente trajo humedad extrema,
lo que fomentó el crecimiento de los mayas, y periodos de sequía en una escala
de siglos, explicó Douglas Kennett, antropólogo de la Universidad de Penn State
y autor principal del estudio.
Cuando el periodo de lluvias cambió gradualmente al clima
seco, en torno al año 660, el poder de los reyes y su influencia se
derrumbaron, lo que tiene estrecha relación con el aumento de las guerras por
los recursos escasos, agregó.
La idea es que (los reyes) produjeran la aparición de las
lluvias, mantuvieran todo junto, y eso es genial cuando se está en un periodo
muy bueno (...), pero cuando las cosas empiezan a ir mal, y si a pesar de hacer
ceremonias para que mejoren no pasa nada, entonces la gente empieza a
cuestionar si los reyes realmente deberían estar a cargo de la comunidad, dijo.
Incluso durante el apogeo maya, los humanos tenían un
impacto en el medio ambiente, sobre todo por cultivar más tierras, lo que a su
vez provocó mayor erosión, dijo Kenett.
James Baldini, de la Universidad de Durham, en Gran Bretaña,
uno de los principales autores del estudio publicado en Science, señaló que “el
ascenso y la caída de los mayas es el ejemplo perfecto de una civilización muy
avanzada incapaz de adaptarse al cambio climático.
Debido a que los mayas recopilaban meticulosamente los
sucesos políticos en tallas en monumentos de piedra, los autores del estudio
pudieron comparar la reconstrucción de la historia del clima en la región y los
cambios en la frecuencia de los conflictos y otros eventos importantes.
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