Por Tolésimo Díaz; en Red Generación
El individuo ignora
su propia naturaleza, se resiste a ocupar una realidad inconveniente para sus
fines. La búsqueda del sí mismo, dentro ésta
realidad ideada por el gran colectivo, supone no solo una guerra en la
intimidad del espíritu, sino también una exhaustiva confrontación con la semejanza, es decir, con ese Otro Ser
que nos mira.
Para Slavoj Žižek,
la sociedad opera como una organización de “engañados”, el filósofo promueve una
labor de auto-cuestionamiento extremo y que, por medio de ésta, el individuo
logre darse cuenta de su condición natural, guiándolo hacia un pleno
conocimiento de existencia.
Žižek es un pensador enérgico. Retoma las tramas fundamentales de Lacan para crear un excitante sistema de análisis social, que parte desde planteamientos muy básicos - como lo son las interrogantes humanas-, hasta el aparato metafísico de los pueblos.
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