Dos casos indignantes
Por: Nash Acuña, RED GENERACIÓN
Por: Nash Acuña, RED GENERACIÓN
El tema de violencia hacia las
mujeres ya de por sí me causa indignación, pues no sólo es un caso cuando sale
a la luz, hay miles de casos que no conocemos, pero esta vez tomo como
referencia las turistas españolas que fueron violadas en el puerto de Acapulco.
Que coraje e impotencia da la violencia y el
abuso de fuerza contra las mujeres, sí de fuerza porque los hombres bien saben
que físicamente tienen más fuerza que una mujer, tratadas como vil objeto de
placer por hombres enfermos que arruinan la vida de seres humanos. Qué tristeza
que vienen a visitar México, independientemente de la nacionalidad que sean, y
se vayan con ese recuerdo de esta tierra, y todo porque el país está plagado de
porquería por todos lados.
Y no sólo me refiero a las
mujeres, también las niñas, cuántos casos no sabemos que viven en el anonimato,
que ni siquiera podemos imaginar el dolor y daño causado a esas pequeñas de por
vida.
Cada semana aparece un escándalo
para México, ya a nivel internacional la imagen anda por los suelos, pero a
estas alturas de la vida a nosotros lo que nos debería importar más que la
imagen es lo que estamos viviendo en nuestro país, y ver la forma de cambiarlo.
Sigo preguntando ¿qué falta para que México sea una misma voz, en un mismo
corazón y espíritu?, seguimos instalados en la apatía y la indiferencia, no me
refiero a todos, pero sí a la mayoría.
Otra, para cerrar con broche de
oro la semana pasada, el burro arrastrado y puesto en separos por no pagar tenencia.
Que indignante que un animal sea usado de esa manera, qué culpa tiene de la
estupidez humana, insisto la burla sigue, el abuso de poder, porque todo lo
quieren sacar del pueblo, de ciudadanos que apenas les alcanza para sobrevivir
día con día, ahora resulta que cobran tenencia por tener un burro para
transportarse. Bueno al rato nos van a cobrar el aire que respiramos, con eso
que no sacian su sed de ambición. Y los
trabajos con el mismo sueldito de miseria, poco empleo, pocas oportunidades,
pero eso sí el pueblo pagando dinero y
los de arriba robando a manos llenas, demasiado injusto, demasiado cinismo y
demasiada apatía que no podemos poner un alto. Se requieren acciones urgentes
para estas indignantes situaciones y otras tantas que aún están en espera.
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