Resumen de La Jornada.
Un impuesto de entre dos y tres pesos por litro de refresco
permitiría financiar el gasto que realiza el Sistema Nacional de Salud en la
atención de los enfermos de diabetes, el cual supera 40 mil millones de pesos
anuales. Este padecimiento es la principal causa de muerte en el país y está
directamente relacionado con el sobrepeso y la obesidad.
Organizaciones sociales afirmaron lo anterior, con base en
los resultados de un estudio realizado por investigadores del Colegio de
Posgraduados, según el cual los mexicanos consumen, en promedio, medio litro de
bebidas gaseosas por día y pagan ocho pesos por cada litro.
Dan cuenta además de otros trabajos en los que sus autores
han comprobado que el consumo de bebidas con azúcares añadidos está asociado al
sobrepeso y obesidad de niños y adultos, y aumenta el riesgo de desarrollar
diabetes.
De ahí que los autores, encabezados por Alma Esther
Aguilar-Estrada, elaboraron un modelo para calcular la inversión del sistema
sanitario en la atención de la diabetes y el monto que se debería cobrar en la
forma de un impuesto al consumo de refrescos para desalentar la adquisición de
estas bebidas, así como para financiar los servicios médicos del país.
Un impuesto al consumo generaría ingresos para solventar la
inversión del sistema de salud y contribuiría a disminuir la ingesta, lo que a
su vez tendría una repercusión positiva en disminuir la prevalencia de
enfermedades. Se evitarían 8 mil derrames cerebrales y 240 mil casos de
diabetes cada año.
El impuesto especial de productos y servicios (IEPS) que
propondrá un grupo de legisladores en el Senado, para luego turnarlo a la
Cámara de Diputados, podría representar para las comunidades más pobres del
país revertir la carencia de agua potable.
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