viernes, 9 de noviembre de 2012

EL VALOR DE UNA DAMA EN LA CONCIENCIA DEL HOMBRE



Por: Irving Selván

La noticia de que dos mujeres se desgreñaron por un hombre, en Comalcalco, Tabasco, fue una imagen difícil de concebir. El simple hecho de saber que estas damas se arrastraron con tal fuerza y que el tipo sabiendo de su travesura, se retiró de la escena sin culpa ni cargo de conciencia. Un hombre que de hombre parece tener poco, pero mucho de sinvergüenza. Haberle sido infiel a una mujer y haber jugado con sus sentimientos. Haciendo parecer que los hombres todavía no hemos superado los fantasmas del machismo, que durante muchos años fue uno de los obstáculos para que la mujer ocupara los lugares que con mucho esfuerzo se han ganado, siendo esta una ofensa y traición tanto para las mujeres como para los hombres.


Recordemos pues que los hombres a lo largo de la historia hemos tenido una mala cultura machista y que empezó a ser combatida desde los años 70as, en el Movimiento de Liberación Femenina en Francia. Aunque en México tuvo tres etapas: A) de 1970 a 1982. De organización, establecimiento y lucha. B) Años 80as, encantamiento y despegue. C) Años 90as, Alianzas y convenciones. A pesar del esfuerzo y la concientización, las conductas erróneas masculinas parecen retomar las posturas tan insensatas y torpes. En el que el Mexicano no a logrado dimensionar que ya no estamos en la época en la que a la mujer se le menospreciaba y no se le daba el valor y el respeto justo. Pues la infidelidad de un hombre es un acto que deja una herida profunda en la dignidad y autoestima de una dama.

Algunos hombres a veces parece no entender que la mujer es un ser maravilloso y que tiene los mismos sentidos, sensaciones y sentimientos. No es un objeto al cual se le toma por un momento y se le abandona en cuento ya no es del agrado. Tampoco es quien cubrirá solo las satisfacciones y dejara de satisfacerse a ella misma. Pues una mujer tiene la misma dignidad, o sea, que tiene las mismas cualidades; es digna y es valiosa, dotada de libertad y que merece un trato humano y merecedor. El respeto a una dama es sinónimo de tener un buen corazón y que se conjunta con la caballerosidad y los buenos modales, que nutren y enriquecen la autoestima de ellas. Pues es esta sensación de amarnos a nosotros mismos lo que embellece la vida de cada una de las personas. Dañar la autoestima y la dignidad de ellas, es no tener un recuerdo de que gracias a una de ellas fuimos concebidos.

Analizando la cultura machista, encontramos que Anthony Giddens nos menciona: la desigualdad de hombres y mujeres era intrínseca a la familia tradicional. No se debe pasar por alto este fenómeno. En Europa las mujeres eran propiedad de sus maridos o padres- vasallos como lo marcaba la ley-. La desigualdad entre hombres y mujeres se extendía, por supuesto, a la vida sexual. El doble rasero sexual estaba directamente ligado a la necesidad de asegurar la continuidad del linaje y la herencia. Durante gran parte de la historia los hombres se han valido amplia, y a veces conspicuamente, de amante, cortesana y prostituta. Los más ricos tenían aventuras amorosas con sus sirvientas. Pero los hombres tenían que asegurarse que sus mujeres fueran las madres de sus hijos. Lo que se ensalzaba en las chicas respetables era la virginidad y, en las esposas la constancia y la fidelidad… dimensionando un poco lo que significaba el ser mujer en esos tiempos. Es por esta misma razón que la lucha femenina y la dignificación de ellas, debe convertirse en un signo de admiración y de ejemplo; la mujer tiene que ser tratada con cortesía y no volver pues, a la sumisión y la desvaloración de su persona. 

La mujer es el ser más hermoso que existe en la tierra, es por ello que el hombres debe valorar de la compañía de una. Complacerla y hacerla sentir bien, entenderla y darle los cuidados y afectos que ellas requiera. No burlarse de sus sentimientos, dejarla engañada, desgreñada por otra que también fue víctima del machismo del hombre. Recordando que ellas nos dieron la vida, que son hijas, hermanas, y que no nos gustaría que se burlaran de ellas. Pensando que el hecho de ser infieles no hace más a los hombres, no engrandece, tampoco le da más virilidad, ni le sirve de premio utilizar a una mujer y hacerla sentir mal. 

Ser hombre es una conducta, un estilo de vida, es afrontar responsabilidades, saber respetar, ser amable, sensibilizarse con los demás, es en su momento saber ser hijo, hermano, padre y esposo, incluye también valorarse uno mismo y nunca, pero nunca dañar y hacer sentir mal a una dama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario