martes, 30 de octubre de 2012

Una investigación bien hecha produce riqueza


Resumen de La Jornada.
La investigación bien hecha es aquella que produce riqueza, de lo contrario no lo es, dijo categórico el científico español Mateo Valero Cortés, líder mundial en computación de alto rendimiento, durante la ceremonia en la que ingresó como miembro correspondiente a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), en una ceremonia realizada recientemente en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), y del IPN.

El propósito de la investigación es el conocimiento, y éste debe orientarse si es posible a producir riqueza. Investigar es usar dinero para producir ideas, luego la transferencia a tecnología es utilizar esas ideas para producir más dinero del que se ha invertido en la investigación. Los países más ricos hoy son los que mayor inversión hacen en investigación, y eso lo sabemos desde hace años.

Agregó que su compromiso y afecto por México se demuestra, entre otras cosas, al elegir a este país como punto de arranque de la Red Iberoamericana de Computación, que opera con recursos de la Unión Europea, así como su colaboración al más alto nivel en el proyecto ABACUS, espacio nacional de clase mundial especializado en matemáticas aplicadas y cómputo de alto rendimiento, que albergará la supercomputadora más grande de México.

Mateo Valero ofreció la conferencia magistral Supercomputadores generadores de riqueza, en el auditorio José Adem, ante un nutrido público integrado por alumnos e investigadores del Cinvestav.

Señaló que las supercomputadoras son herramientas muy jóvenes, pero se han constituido en el tercer pilar, después de la teoría (física, matemáticas y química) y los laboratorios experimentales, para el avance de la ciencia y la ingeniería.

Las computadoras son las máquinas que más han cambiado la forma de vivir en el mundo. Cada vez se han hecho más rápidas y han permitido ejecutar programas para simular aquello que la teoría predice, aquello que en el laboratorio también nos ayuda pero a veces no se puede probar, de tal forma que las supercomputadoras son como microscopios que permiten ver cosas por primera vez y, otras veces, cada vez de forma más detallada. Son amplificadores de la teoría, porque las animaciones que hacemos en ellas permiten ver cosas que no habíamos previsto en la teoría.

Con este panorama y desde una perspectiva politécnica, se puede trabajar con cualquier empresa, dijo. Estos centros se deben autofinanciar en parte con dinero de las empresas. El dinero público debería ser, como siempre, lo necesario para empezar, pero luego una parte lo darían las empresas, y en México hay candidatas muy claras para ello.

Valero Cortés dijo que con estas supercomputadoras se pueden simular procesos que muchas veces no se pueden realizar en los laboratorios. La combinación de teoría-laboratorio-supercomputación es lo que se usa en el mundo desde hace tiempo para avanzar en cualquier campo de la ciencia y la ingeniería, hasta en el área social.

Recordó que las supercomputadoras se hicieron para uso militar, pero en la actualidad, aun cuando se mantiene su empleo en ese sector, se utilizan fundamentalmente en campos como el de energía, bioinformática, medicina personalizada, el descubrimiento de nuevos fármacos, estudio del cambio climático y en la genética.
http://www.jornada.unam.mx/2012/10/30/ciencias/a02n1cie

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