Resumen de La Jornada.
La investigación bien hecha es aquella que produce riqueza,
de lo contrario no lo es, dijo categórico el científico español Mateo Valero
Cortés, líder mundial en computación de alto rendimiento, durante la ceremonia
en la que ingresó como miembro correspondiente a la Academia Mexicana de
Ciencias (AMC), en una ceremonia realizada recientemente en el Centro de
Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), y del IPN.
El propósito de la investigación es el conocimiento, y éste
debe orientarse si es posible a producir riqueza. Investigar es usar dinero
para producir ideas, luego la transferencia a tecnología es utilizar esas ideas
para producir más dinero del que se ha invertido en la investigación. Los
países más ricos hoy son los que mayor inversión hacen en investigación, y eso
lo sabemos desde hace años.
Mateo Valero ofreció la conferencia magistral
Supercomputadores generadores de riqueza, en el auditorio José Adem, ante un
nutrido público integrado por alumnos e investigadores del Cinvestav.
Señaló que las supercomputadoras son herramientas muy
jóvenes, pero se han constituido en el tercer pilar, después de la teoría
(física, matemáticas y química) y los laboratorios experimentales, para el
avance de la ciencia y la ingeniería.
Las computadoras son las máquinas que más han cambiado la
forma de vivir en el mundo. Cada vez se han hecho más rápidas y han permitido
ejecutar programas para simular aquello que la teoría predice, aquello que en
el laboratorio también nos ayuda pero a veces no se puede probar, de tal forma
que las supercomputadoras son como microscopios que permiten ver cosas por
primera vez y, otras veces, cada vez de forma más detallada. Son amplificadores
de la teoría, porque las animaciones que hacemos en ellas permiten ver cosas
que no habíamos previsto en la teoría.
Con este panorama y desde una perspectiva politécnica, se
puede trabajar con cualquier empresa, dijo. Estos centros se deben
autofinanciar en parte con dinero de las empresas. El dinero público debería
ser, como siempre, lo necesario para empezar, pero luego una parte lo darían
las empresas, y en México hay candidatas muy claras para ello.
Valero Cortés dijo que con estas supercomputadoras se pueden
simular procesos que muchas veces no se pueden realizar en los laboratorios. La
combinación de teoría-laboratorio-supercomputación es lo que se usa en el mundo
desde hace tiempo para avanzar en cualquier campo de la ciencia y la
ingeniería, hasta en el área social.
Recordó que las supercomputadoras se hicieron para uso
militar, pero en la actualidad, aun cuando se mantiene su empleo en ese sector,
se utilizan fundamentalmente en campos como el de energía, bioinformática, medicina
personalizada, el descubrimiento de nuevos fármacos, estudio del cambio
climático y en la genética.
http://www.jornada.unam.mx/2012/10/30/ciencias/a02n1cie
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