Por: José Carbonell para Sin embargo.
Este miércoles, el presidente electo,
Enrique Peña Nieto, presentó una iniciativa para reformar el actual esquema de
combate a la corrupción: busca crear la –ya famosa y tantas veces anunciada–
Comisión Nacional Anticorrupción. En la presentación, el propio Presidente
electo dijo que con esta propuesta da cumplimiento al primer compromiso que
hizo durante su campaña. La intención es que “el gobierno actúe con mayor
eficacia en combatir las faltas administrativas y las conductas de corrupción
que se viven, lamentablemente, en los distintos niveles de gobierno”.
La propuesta –que incluye muchos más puntos, algunos bastante
técnicos– resulta muy interesante y tomada con seriedad podría ser un avance
importante en el combate a la corrupción en México. Sin embargo, hay que poner
el foco en dos cuestiones que resultan fundamentales, y que en la iniciativa, o
se plantean de forma errónea o se dejan de lado. La primera tiene que ver con
el sistema para nombrar a los comisionados que van a dirigir la labor del
órgano anticorrupción.
La iniciativa priísta pretende que sean designados por
el Presidente, y que el Senado solamente los pueda objetar, por mayoría
calificada. En este punto, si en verdad se pretende que la Comisión sea
autónoma, hay que implementar un método de nombramiento diferente, con mayor
participación del Poder Legislativo (y no dándole tanta preeminencia al
Ejecutivo). De igual manera, el órgano encargado de combatir la corrupción
debería tener facultades para poder acusar directamente a una persona, cuando
considere que cometió un delito relacionado con actos de corrupción. Que lo
hagan las procuradurías –tal y como ocurre actualmente y así lo propone el
Presidente electo– es un error. Mientras el Ministerio Público no sea autónomo,
esto significa que el mismo gobierno perseguiría a uno de sus miembros. El
resultado final ya todos lo conocemos.
En resumen, creo que es una propuesta
bastante sugestiva –mucho mejor de lo que ahora tenemos–, pero en la que los
legisladores deben trabajar y hacerle correcciones de fondo. No es perfecta –de
hecho está lejos de serlo– pero significa un avance importante en un tema –el
de la corrupción– en el que los gobiernos de la alternancia nos han quedado a
deber, y mucho. Twitter: @jose_carbonell http://josecarbonell.wordpress.com
Este contenido ha sido publicado originalmente por
SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección:
http://www.sinembargo.mx/opinion/19-11-2012/10778.
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