sábado, 23 de febrero de 2013

Resucitar, atravesar paredes y duplicar la potencia sexual


Ignacio González de Arriba, conocido como el Maestro fénix. Foto: Especial
JUAN PABLO PROAL, PROCESO
22 DE FEBRERO DE 2013

El “Maestro Fénix” ofrecía compartir sus 343 poderes con la humanidad: resucitarse a sí mismos, eliminar el cáncer mediante la imposición de manos, hacer caminar a paralíticos, leer la mente, comunicarse con ángeles, atravesar paredes, generar un corazón nuevo, levitar, duplicar el tamaño del pene, hipnotizar a las masas, matar a una persona con solo verla…

¿Quién es el “Maestro Fénix? El español Ignacio González de Arriba, quien se proclama Jesucristo reencarnado, líder de la secta “Defensores de Cristo”, con sede en Coahuila y Nuevo Laredo, Tamaulipas. El líder logró reunir aproximadamente a cuatro mil seguidores de alrededor de 80 países.
A primera vista, los súper poderes del “Maestro Fénix” evocan al ridículo. El común de las personas piensa que sólo un verdadero imbécil puede caer en manos de un estafador tan barato, pero no es así, justo esta manera de pensar contribuye a minimizar el peligro de las sectas destructivas.

El caso de “Los Defensores de Cristo” es el más crudo que le ha tocado testimoniar al abogado argentino Héctor Navarro, presidente de la Red de Apoyo para Víctimas de las Sectas, tal vez el jurista latinoamericano con más experiencia en la materia.

El martes pasado Navarro encabezó una rueda de prensa en el Centro Nacional de Comunicación Social junto con dos víctimas de la secta. Una de ellas es la periodista Blanca Castro, quien fuera vocera del gobierno de Tamaulipas. El currículum de Castro refleja el perfil de una mujer profesional, esmerada en su crecimiento. No es, como muchos piensan respecto a las víctimas de abuso sectario, una persona crédula o que cayó ahí por tener la vida destrozada.

Los métodos de seducción y manipulación psicológica de las organizaciones sectarias son finos, apenas perceptibles. Incluso sus estrategias han sido replicadas por empresas piramidales y campañas de mercadotecnia encubierta. Las sectas no buscan primordialmente personas adictas, desempleadas o pobres; seducen a profesionistas, gente bien intencionada que busca su crecimiento personal.

Y fue así, sin entender cómo ni cuándo, que Blanca de repente fue obligada a comer vísceras crudas de animales, acompañar a su esposo a prostíbulos y participar en orgías. La encerraron en su propia casa, la dejaban sin comer, la amenazaron y humillaron. Su hijo menor de edad fue orillado a ver pornografía.

Perdió su matrimonio, fue amenazada de muerte por los líderes de la secta y huyó del país. Regresó a México gracias a que el pasado 25 de enero fue capturado el “Maestro Fénix” por una denuncia interpuesta el abogado Héctor Navarro.

El desmantelamiento de la secta se logró tras un año de investigaciones mediante la intervención de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) de la Procuraduría General de la República (PGR). Fue sólo con la captura del español que Blanca se atrevió a denunciar públicamente los abusos de la secta.

El “Maestro Fénix” está acusado de: tráfico de órganos, lavado de dinero, reducción a la servidumbre, abuso sexual contra menores de edad y mujeres, asociación delictiva, ejercicio ilegal de la medicina, estafa y fraude.

La captura de González de Arriba sienta un precedente único en México. No había registro, al menos públicamente, de algún líder sectario detenido por sus crímenes. Esta detención pudo concretarse gracias a que el año pasado fue tipificado el delito de abusos por credo religioso. Tanto este reglamento como la participación de la Fevimtra dan herramientas para combatir estos delitos en el país.

No obstante, en México operan tanto en público como en la clandestinidad miles de sectas que cometen abusos espeluznantes y se promocionan utilizando ganchos diversos: cursos, pláticas, libros, videos. Ahí está la Cienciología practicando sus “test de estrés” en plazas públicas, o los grupos radicales de Doce Pasos. El “Pare de Sufrir” en programas de televisión y radio o “Isha” impartiendo cursos de meditación en el Ejército y las cárceles del país.

A la fecha no existe una organización civil mexicana que atienda a las víctimas de abuso sectario. La prensa, salvo en casos escandalosos, no tiene a este tema en su agenda, ni mucho menos los gobiernos municipales o estatales. Por el contrario, generalmente las sectas se valen de la administración pública para lavar su nombre mediante estrategias de propaganda efectiva, como obras de caridad o servicios educativos “gratuitos”. Uno de los casos más relevantes fue cuando la Cienciología logró colar los libros de su fundador, Ronald Hubbard, en el sistema educativo de Puebla.

Si bien la participación de la Fevimtra en la detención del líder de “Los Defensores de Cristo” sienta un precedente en la materia y permite recobrar el optimismo, lo cierto es que las víctimas de abuso sectario están prácticamente solas. Por el prejuicio y la falta de información, los demás los ven como unos imbéciles. “¿Cómo creyeron eso?”, “¿qué no se dio cuenta?”, son las preguntas más frecuentes con que la sociedad los ridiculiza.

Es urgente que las escuelas, los medios de comunicación y las organizaciones civiles comiencen a interesarse por el abuso sectario. Basta con ir a casi cualquier librería para ver que la sección de libros de superación personal está atiborrada de obras que llevan a estas organizaciones: Osho, Sai Baba, Hubbard y un largo etcétera.

Es necesario, también, erradicar esa idea de que sólo los imbéciles entran las sectas. Prácticamente cualquier persona es candidata a caer en manos de una de estas organizaciones, todos en algún momento sufrimos un duelo, depresión o crisis emocional y todos quisiéramos ser mejores personas, entender cómo funciona el mundo y ayudar a los demás. Por eso mismo las sectas se valen de este vacío legal para esclavizar y aniquilar a las personas bienintencionadas.


P.D. Los invito a la presentación de mi primer libro, “Vivir en el Cuerpo Equivocado”, editado por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Es un texto periodístico que revela casos de tortura, homicidio y negligencia médica contra los transexuales en México. La cita es en el Palacio de Minería el primero de marzo a las cuatro de la tarde.

http://www.proceso.com.mx/?p=334309


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