Por: Redacción / Sinembargo
Febrero 16 de 2013
La historia
reciente nos dice que el crimen organizado no siempre puede cumplir sus
amenazas. Pero juega muy bien con la idea del todopoderoso porque de eso se
trata con la industria que gana con el terror. Por desgracia, la historia de
los últimos seis años avisa que algunas veces su brazo es largo, y alcanza. La
página “Valor por Tamaulipas” ha cumplido con una función que ni siquiera el
gobierno local o el federal han logrado: advertir, en tiempo real, en dónde
están los malandros, los que venden drogas, los que matan, los que cruzan —sin
que nadie los detenga— las ciudades del norte con esa impune matraca de balas
que alimenta las ganas de maldecir México y vivir en otra parte.
El
administrador de la página tiene un precio sobre su cabeza. Sería estúpido
pensar que las autoridades no saben que un individuo valiente ha estado
confrontando las actividades del crimen organizado. Fácilmente podría pensarse
que cualquier autoridad que tenga nexos con los criminales detestaría la labor
de este ciudadano que ahora tiene una amenaza de muerte. Si alguien descubre
quién es, sería lamentable. Pero si alguien lo alcanza, o alcanza a algún
miembro de su familia, entonces todos los ciudadanos, como mexicanos,
tendríamos que preguntarnos de qué lado está la autoridad: si del lado de los
ciudadanos, o del lado de los criminales. Que este texto sirva como constancia
de que hay un mexicano valiente haciendo el trabajo que no hace el gobierno
federal, estatal y local, y que tiene una condena de muerte de los criminales.
Que este texto sea la alerta roja para el gobierno. Alguien que se compromete
no puede simplemente desaparecer. Los héroes no necesariamente son de mármol.
Deben vivir.
Este contenido ha sido publicado originalmente por
SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección:
http://www.sinembargo.mx/opinion/16-02-2013/12605.
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