martes, 4 de diciembre de 2012

Primero obesidad, luego un miembro, después la vista… y la vida. ¿Podrán la Cámara de Diputados contra las refresqueras?


Nota de Sinembargo
Ya sea en alguna comunidad zapatista en Chiapas, o en un paradero del desierto mexicano, siempre habrá algún refrigerador con refrescos. Médicos señalan que esta bebida es una bomba de azúcar que daña seriamente la salud. Las grandes empresas aseguran que los señalamientos en su contra carecen de sustento, sobre todo cuando se relaciona sus bebidas con el aumento en el índice de diabetes. Por su parte, legisladores están preparando un impuesto en estos líquidos con el fin de preservar la salud de los mexicanos. 
El refresco es uno de los productos más demandados en el país y en todo el mundo. Un mexicano consume aproximadamente 160 litros de refresco por año, lo que equivale a poco menos de medio litro al día, según datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). 
La industria nacional de refrescos representa al 10.5% del PIB del grupo de alimentos, bebidas y tabacos y al 0.6% del PIB nacional. De acuerdo con el INEGI las familias gastan 7 por ciento en bebidas no alcohólicas (como el refresco) del gasto en alimentos. La Comisión de Salud de la Cámara de Diputados asegura que es 12 por ciento lo que se gasta en este tipo de bebidas. Según especialistas, los hogares que gastan más en bebidas gaseosas son aquellos con mayores ingresos, a tal grado de destinar el mismo presupuesto de carne en sodas, semanalmente. 
Desde hace cuatro años, el tema de poner un impuesto a estas bebidas y a alimentos “chatarra” está pendiente. Hace unos días el tema llegó al Senado con la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), y junto con diversas organizaciones, están planeando el aumento de 1.70 pesos por litro de gaseosa. Diversas organizaciones de la sociedad civil, han puesto el dedo sobre el renglón y han pedido el apoyo de la Secretaria de Salud federal. Además, han argumentado con estudios internacionales el daño que provocan las bebidas azucaras en el organismo, incluso puede aumentar el riesgo de diabetes en los niños y adultos. Pese a eso, la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) sostuvo que dichas afirmaciones “son malintencionadas y carentes de sustento científico”. 
Sostuvo que no existe evidencia científica concluyente ni estadística de que el consumo de bebidas con contenido calórico sea el causante del alto crecimiento de los índices de la diabetes en México. Según el Sistema de Cuentas de Salud de la Secretaría de Salud, en la década comprendida entre los años 2000 y 2009, el índice de casos detectados de diabetes se incrementó de manera importante, mientras que el índice de consumo per cápita de refrescos calóricos creció sólo 1.8 por ciento, indicó. La Asociación indicó que instituciones especializadas y expertos en el tema coinciden en que la diabetes es resultado de un desorden metabólico debido a la resistencia y/o insuficiencia a la insulina en el organismo. Para la ANPRAC, la campaña anunciada por algunas organizaciones civiles “es desinformativa y engañosa” ya que parte de supuestos falsos y no contribuye a una orientación alimentaria y de buenos hábitos alimenticios y crea alarma y desinformación en la población”. La industria refresquera mexicana, dijo, cumple con los compromisos adquiridos en el marco del Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria. Así, agregó, a través de la innovación ha desarrollado nuevos productos ampliando su oferta de bebidas bajas o sin calorías, así como de agua embotellada, categorías que representan ya el 37 por ciento de su oferta. También informa a través de un etiquetado frontal sobre la composición nutrimental y contenido calórico, lleva a cabo prácticas de publicidad y mercadeo responsables y promueve activamente el ejercicio y hábitos saludables para fomentar el equilibrio energético, resaltó. Campaña en México de Alianza por la Salud Alimentaria. 
El gobierno mexicano no actúa contra las refresqueras Además, la industria refresquera reiteró su compromiso con la salud de todos los mexicanos y convocó a todos los sectores sociales, autoridades, investigadores y académicos a trabajar de manera conjunta y coordinada para buscar soluciones que contribuyan de manera seria y sustentada a una verdadera solución de este problema de salud pública. En respuesta, algunas organizaciones pertenecientes a la Alianza por la Salud Alimentaria lanzaron una campaña difundida en el Sistema de Transporte Colectivo Metro y en espectaculares en el Distrito Federal para concientizar a la población sobre los efectos en la salud por el consumo de refrescos. Esta campaña pretende regular la publicidad de los refrescos y la comida chatarra, así como desarrollar etiquetados que orienten a los consumidores y les adviertan los riesgos que representa el consumo regular de estos productos. Asimismo, dan a conocer la propuesta de aumento a estos productos. Cabe señalar que países como Dinamarca, Francia y Hungría han llevado a cabo acciones similares para gravar alimentos con altos niveles de grasa, sal y azúcares. En el caso de Estados Unidos, al menos 30 estados ya contemplan un impuesto a bebidas azucaradas.

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/04-12-2012/449277. 

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