Por:
Arnoldo Cuellar para Sin embargo.
Las primeras señales de los actores políticos y de los
grupos de presión vinculados a ellos son importantes en el arranque de un nuevo
gobierno. Además de los graves procesos que ocurren en el escenario nacional,
se dan otros asuntos que pueden llegar a pasar desapercibidos, pero que no por
ello dejan de ser relevantes.
Horas después de que ocurriera la asunción formal
del nuevo presidente de la República, el martes 4 de diciembre, el programa de
televisión de contenido periodístico que se transmitía en la filial de Televisa
en León Guanajuato, Zona Franca, conducido por quien esto escribe, fue sacado
del aire de manera unilateral y sin explicaciones.
Zona Franca es una producción
independiente que compra el tiempo aire a Televisa del Bajío y hace su propia
comercialización.
Bajo esa fórmula se transmitieron noventa y dos programas
semanales a lo largo de veintiún meses, sin que hubiera existido ninguna
desavenencia entre ambas empresas. Los contenidos periodísticos del programa en
cuestión tocan temas políticos y culturales, entrevistas y mesas de debate. En
síntesis, nada que choque con la normalidad
mediática que ha vivido el país en los últimos años. Cabe señalar que a
lo largo de esas noventa y dos emisiones ningún contenido del programa,
independientemente de su nivel polémico o crítico, recibió ningún tipo de
censura. No obstante que la empresa huésped se reservó el derecho de transmitir
el programa, a lo largo de ese periodo no ocurrió ningún incidente digno de
mención. Por eso es de llamar la atención el argumento utilizado por los
ejecutivos de Televisa León para suspender el programa, originalmente en el mes
de diciembre, aunque probablemente ya en forma definitiva: el inicio del nuevo
gobierno federal y la decisión de Televisa nacional para no tocar temas
políticos en el arranque del sexenio. Probablemente, como suele ocurrir en los
grandes corporativos privados, al igual que en los públicos, las razones
esgrimidas sean sólo una justificación de una burocracia atada de manos ante
las decisiones de sus altos mandos. Sin embargo, no deja de ser un signo
ominoso, que además contrasta de manera sustancial con el ánimo de pluralidad y
concertación que ha tratado de establecer Enrique Peña Nieto en sus primeras
medidas como presidente de México, el que sus más notorios aliados en el
terreno de la comunicación practiquen el viejo expediente de la censura o, peor
aún, de la autocensura. En el caso particular de Guanajuato, este acontecimiento,
que no tiene antecedentes cercanos, ocurre cuando el PRI ha obtenido una nueva
oportunidad del electorado estatal, tras un cuarto de siglo de hegemonía
panista, al ganar la emblemática alcaldía del municipio de León, a través de
Bárbara Botello Santibáñez. La nueva alcaldesa ha mostrado ya algunos signos de
intolerancia con el trabajo crítico de los medios de comunicación,
particularmente con Zona Franca que además de mantener el programa semanal de
televisión también edita un diario electrónico bajo el mismo título. Un
reportero de esta empresa, Javier Bravo, fue expulsado de una rueda de prensa
de la entonces alcaldesa electa
(http://www.zonafranca.mx/el-mensaje-de-barbara-botello-dile-a-arnoldo-que-le-baje/)
por inconformidades con la línea editorial del portal. Cabe señalar que la
presidenta municipal ha manifestado en diversos foros que cuenta con línea
directa y pleno apoyo del nuevo secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio
Chong, a fin de establecer en Guanajuato una cabeza de playa del priísmo en el
territorio de mayor raigambre panista del país. Sería una señal altamente
significativa del regreso de las viejas costumbres políticas del priismo que en
la determinación de Televisa de concluir la emisión de Zona Franca sin
explicaciones, haya intervenido una sugerencia proveniente del nuevo gobierno.
También puede ser que no sea así, en cuyo caso sería necesario que Televisa
explicara sus razones, conducta que hasta hace poco no se le daba mucho, pero a
lo que han tenido que irse acostumbrando ante la emergencia de una comunidad
que, con avances y retrocesos, se ha vuelto cada vez más autogestiva. De no ser
así, como sería lo más probable, tanto quien esto escriba como los
colaboradores de Zona Franca, no vemos en este episodio nada más que una
vicisitud más en la larga e interminable tarea de construir espacios de
expresión que se sumen y reflejen a la nueva sociedad mexicana. Aquí
seguimos. arnoldocuellar@zonafranca.mx
www.zonafranca.mx http://arnoldocuellar.com @Arnoldo60
Este contenido ha sido publicado originalmente por
SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección:
http://www.sinembargo.mx/opinion/13-12-2012/11327.
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