Nota de sin embargo.
Hay muchos puntos en los que los mexicanos podemos no estar
de acuerdo con la Reforma Laboral. Tan sencillo como decir que para algunos
impulsará el empleo; y para otros significa uno de los peores retrocesos que
han sufrido los derechos de los trabajadores en décadas. Hay divergencia. Y se
ha manifestado en las calles, en el Congreso, en las redes sociales, en
posicionamientos públicos y en las discusiones, seguramente, de sobremesa. Pero
en lo que quizás una amplia mayoría de los mexicanos sí estamos de acuerdo, es
en que el momento de ponerle fin a los abusos de los líderes sindicales. Haga
el ejercicio en su trabajo o con sus vecinos.
En un país con más de 40 millones de pobres –dicho con todo respeto–,
eso es una verdadera mentada de madre. Así se dice en buen español (para quien
se asuste con la frase). La Reforma Laboral está ahora en manos del Senado.
Vamos a ver qué sale de allí.
Pero el hecho en la Cámara, independientemente de
lo que venga, está consumado. No sería justo, sin embargo, concluir aquí. Elba
Esther Gordillo, Carlos Romero Deschamps y otros de su calaña no vienen de la
nada. No es que repentinamente aparecieron en la escena nacional y ahora
queremos expulsarlos. No son un resfrío, una verruga, un raspón. Son más que
eso. Son, básicamente, producto de la indolencia del PRI, sí, pero también del
PAN. Ni vale la pena extenderse mucho.
Dos datos: Vicente Fox Quesada le
permitió a Elba Esther Gordillo tener su propio partido político (el PANAL), y
Felipe Calderón la hizo su aliada todo el sexenio: fue aliada en la elección
que lo llevó al poder en 2006, y fue aliada hasta 2011, cuando apoyó a su
hermana, Luisa María Calderón, en su intento de convertirse en Gobernadora de
Michoacán. Y, decíamos, ahora la Reforma Laboral está en manos del Senado.
Hasta el día de hoy, los líderes sindicales y el PRI ganaron. Ganó la pasividad
de los mexicanos, también. Y pierde un país. Una verdadera mentada de madre.
Este contenido ha sido publicado originalmente por
SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección:
http://www.sinembargo.mx/opinion/09-11-2012/10600.
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