martes, 27 de noviembre de 2012

Salario mínimo: herencia y agravio


Nota de Sin embargo.
Cuando faltaban cuatro días para terminar el sexenio, el gobierno federal de Felipe Calderón Hinojosa publicó en el Diario Oficial de la Federación los salarios mínimos que, desde ayer, aplican en todo el territorio nacional. Para la región “A” del país (área que integran Baja California, Baja California Sur, Guerrero, Chihuahua, Distrito Federal, Jalisco, Estado de México, Nuevo León, Sonora, Tamaulipas, y Veracruz) serán de 63.33 pesos diarios; mientras, en la “B” (Aguascalientes, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas) serán de 59.08 pesos al día. 
El aumento concedido por el aún gobierno calderonista resume la catástrofe de este sexenio en materia de empleos y crecimiento económico, asuntos de los que queda mucho por revisar en las siguientes semanas, pues el tamaño de la crisis está aún por ser dimensionada. Empecinado en gastar buena parte de su tiempo, recursos económicos y energía en defender su guerra contra el narcotráfico, Calderón Hinojosa descuidó una de sus más importantes promesas de campaña: la generación de empleos en el país y el bienestar que esto trae por consecuencia. Por el contrario, con la aplicación de sus políticas públicas en pro de la “estabilidad” macroeconómica, entre 2006 y 2012 el poder adquisitivo del salario mínimo cayó más de 43.1%, para registrar una pérdida acumulada, en los últimos 25 años, de 79.11%, de acuerdo con estimaciones del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Los integrantes del CAM añaden datos que dimensionan este rezago: para que el salario recupere su capacidad tendrían que congelarse los precios de diversos productos durante 47 años: “Hasta 2059 los ingresos serían suficientes para cubrir las necesidades de los hogares mexicanos”. El caos en este renglón es tal que, en un informe del Banco Mundial publicado apenas en octubre pasado, se reveló que el salario mínimo que reciben los trabajadores de México no sólo es de los más bajos de América Latina, sino de economías emergentes con las que el presidente Calderón ha comparado la supuesta pujanza del país. El informe “Empleos”, que es parte del Reporte de Desarrollo Mundial 2012, que con los mil 332 dólares anuales en los que se tasó al salario mínimo de México –hasta octubre pasado–, el país ocupa la posición 55 en el ranking que mide a 125 economías, y en el que el lugar número uno es para el país con el salario más bajo. Así, los mexicanos reciben un salario mínimo menor en comparación con los trabajadores de países como Brasil, Argentina, Perú, Venezuela, China y Rusia. Si acaso, con esos mil 332 dólares anuales de salario mínimo, México supera a Nicaragua, donde los trabajadores reciben un mínimo de mil 308 dólares; a Bolivia, con 960 dólares, y a El Salvador, con 936 dólares anuales. La gravedad de la situación laboral en México es tal que, de acuerdo con datos del INEGI, publicados en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2011, sólo 13 millones 210 mil mexicanos laboraron más de 48 horas a la semana, para percibir ingresos suficientes para vivir. Sin embargo hay 6.7 millones de mexicanos que perciben sólo un salario mínimo, más de 3 millones que no reciben una compensación y 10 millones más que están en excesiva precariedad. Heredar miseria, desempleo y salarios raquíticos es un agravio. Ahí está el meollo de los problemas del país, de la enorme desigualdad que actualmente se vive. A Felipe Calderón sólo le quitó el sueño echar bala, pero no combatir el hambre.

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/27-11-2012/10924. 

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