miércoles, 21 de noviembre de 2012

La violencia como estilo de vida


La violencia como estilo de  vida

Desde esa perspectiva cualquier ser humano, en tanto hablante, ejercería alguna forma de violencia –desde la más elemental, la de lenguaje

Emet, Miércoles, 21 de noviembre de 2012

¿La violencia podría ser considerada como un estilo de vida? Es decir, cuando deja de ser una expresión de un malestar asilado, algo que sucedió “porque a alguien se le pasó la mano”, “perdió los cabales” en alguna situación determinada, que el sujeto una vez consciente de sus causas y efectos, puede corregir y resolver, a una forma de responder característica de un sujeto ante diversas experiencias del entorno: experiencias de frustración, retos, amor/odio, diferencias, relación con los demás, etc.; grita, insulta, golpea, humilla y se somete al otro ya no como algo que “se ha salido de control”, sino como un modus operandi bien calculado y advertido.
En “Sobre la violencia: seis reflexiones marginales” (Paidós, 2009) Slavoj Zizek diferencia diversas formas de violencia: la más llamativa y aparatosa, la de cuerpo a cuerpo, que se ejerce mediante el insulto, el golpe, el daño directo al otro; la objetiva, esa sutil y silenciosa, quizás en algunas ocasiones se ofrece con un rostro aparentemente “bueno” (Por ejemplo, las políticas públicas, o disposiciones de un banco) que se mete y se ejerce en las relaciones que producen los sistemas, las políticas públicas, las disposiciones institucionales, etc.; y la del lenguaje, esa que se realiza precisamente desde que los humanos dejamos esa relación directa con la naturaleza, para poder “recortar” la realidad mediante el sometimiento de las cosas al lenguaje y la cultura, a fin de que puedan tener sentido.

Desde esa perspectiva cualquier ser humano, en tanto hablante, ejercería alguna forma de violencia –desde la más elemental, la de lenguaje- además de si lo hace participando activamente en una forma de gestión y administración pública o privada que de alguna forma posea sistemas y dispositivos de control en donde los humanos son reducidos a cifras que ocupan un lugar en el engranaje y eslabón de la producción que violente y constriña las condiciones de vida de un sujeto, llevándole a tener una vida cada vez más precaria de lo fundamental para poder vivir y desarrollarse (derecho de residencia, vivienda, vestido, alimentación, acceso a los sistemas de salud, educación, trabajo, esparcimiento). Sin embargo, por cuestiones políticamente correctas, la violencia de la que tanto se habla es –por supuesto- la más llamativa y supuestamente más terrible: la directa que se ejerce entre sujetos. Claro, por supuesto que dicha violencia produce malestares individuales terribles, sin embargo se debe atender la objetiva, la de las condiciones de vida de los sistemas organizadores de la interacción humana más amplia, a fin de poder advertir los contextos que como “caldo de cultivo” van generando precisamente los valores y aptitudes para violentar, dominar y controlar al otro: la competencia en base a la destrucción, el sometimiento y la humillación del otro, el imperativo del dominio de la cifra que somete a los resultados cuantitativos la existencia haciendo la cualidad y las diferencias (el rasgo humano por excelencia) sean borradas, al tiempo que producidas unas nuevas para ser administradas por el mercado (“Solo te es permitido ser feliz y libre en el sentido del consumo de los siguientes artículos:…”) mediante una apología del mal, la impunidad y el crimen, con su moral laxa de “Tu chinga”, “Tranza y avanza, todo el mundo hace eso, ¿por qué tu no?” con la cual el sujeto se consuela ante lo que considera ser un destino trágico imposible de evitar o mucho menos cambiar. Pero, pregunta, ¿Acaso no se podrán evitar los insultos, los golpes, así como las medidas injustas de bancos, gobiernos e instituciones que crean condiciones de vida criminales para las personas, esos que ellos pretenden ver y describir exclusivamente como usuarios, votantes y contribuyentes?

http://camiloramirez.jimdo.com

Twiiter: @CamiloRamirez_

Camilo Ramírez Garza - Opinión EMET

http://revistaemet.com/nota/la-violencia-como-estilo-de-vida/13631


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