Por José Juan Reyes
Provenientes de la Galería Arvil, la Universidad de
Guadalajara y del Museo del Estanquillo, las obras que conforman la exposición
Toledo-Monsiváis dan cuenta de la amistad que sostuvieron ambos, así como de
las manifestaciones plásticas y literarias con que ambos expresaron sus
afinidades ideológicas y artísticas.
Rafael Barajas El Fisgón fungió como curador de la serie y
destacó que se trata de una exhibición que constituye un homenaje a ambos
personajes, quienes pueden ser considerados como cómplices en la tarea de
trabajar a favor de la cultura en México.
“Estamos frente a dos figuras que han logrado transformar su
entorno, figuras de nuestro país en la actualidad que nunca hicieron alguna
clase de distinción entre la alta cultura y las tradiciones populares, cada uno
de ellos en su propio ámbito, uno en la pintura, el otro en la literatura, que
además coincidieron en mantener una comunicación constante. Uno de ellos aún
está entre nosotros y el otro ya no.
“Esta colección incluye obras que (Francisco) Toledo le
regaló a (Carlos) Monsiváis, así como un cuaderno de apuntes del pintor
oaxaqueño, que se presenta hoja por hoja, para que se pueda apreciar en su
totalidad todo lo que contiene y que da cuenta del universo de imaginación que
posee el autor en su interior”.
Barajas se refiere al Catecismo para indios remisos,
cuaderno de preparación que desarrolló el autor durante el proceso de creación
de dicha obra, el cual se encuentra expuesto en el segundo nivel del Museo.
Otra sección importante de la muestra corresponde a una
serie de cartas y grabados que ambos hicieron bajo el título de Lo que el
viento a Juárez, y que se puede ver en el tercer piso
“En esta sección apreciamos una serie de propuestas en las
que ambos dan rienda suelta a su imaginería, uno con textos en los que se
aprecia el humor crítico que siempre lo caracterizó y otro con obras plásticas,
grabados, acuarelas y washes, en los que toma como pretexto de la figura de
Benito Juárez para hacer una ácida y divertida crítica sobre la imagen que la
historia nos ha dado de él.
“Este punto es muy importante, porque se trata de la primera
ocasión en que se reúnen en un muestra de arte público esta cantidad de obras
referentes a esta serie (Lo que el viento a Juárez), con lo cual completamos
una propuesta general rica en variedad temática y en ejemplos de producción de
ambos artistas, que me parece fueron amigos, pero sobre todo cómplices de esta
tarea suya de promover a la cultura como medio de cambio para nuestra
sociedad”.
La muestra Toledo-Monsiváis estará abierta al público hasta
marzo del 2013, tiempo durante el cual se abrirán talleres dirigidos en
particular a los niños, en los que la idea será compartir la imaginación y
amplios conocimientos de ambos creadores.
“Toledo es un artista muy completo, trabaja sin limitaciones
de técnicas, y eso queda demostrado en las obras que obsequió a Carlos
Monsiváis, en muchas de ellas además de los personajes fantásticos, incluso se
pone de manifiesto sus ideales políticos, algo que es una coincidencia entre
ambos, pero sobre todo, el punto de partida de sus propios trabajos.
“Toledo pertenece a esa generación de artistas mundiales que
eclosionan en la década de los años setenta, del que surge el Movimiento
Pánico, así que en él hay referencias plásticas provenientes de todas las
épocas, en particular de la tradición indígena, mientras que Monsiváis tiene
una gran relación y admiración por la cultura popular, y ambos, de la alta
cultura, así que sus coincidencias son muchas, y quedan de manifiesto en esta
muestra” concluyó El Fisgón.
Fuente:
Lunes 12 de noviembre
de 2012 / Nota No. 358
Autor: José Juan Reyes
