Columna de Julio Hernández para La Jornada.
En bandeja dorada
Ebrard dispara
Desmemoria y entrega
EPN y su iniciativa
Julio Hernández López
En bandeja de línea dorada le puso ayer Marcelo Ebrard a
Felipe Calderón la oportunidad de cerrar con pretensiones de legitimidad su
ciclo sexenal. Si durante años el jefe del Gobierno capitalino jugó a eludir
los torniquetes marca 2006, con el propósito de no pagar boleto histórico de
complicidad con lo que entonces consideraba un fraude electoral, ahora colocó
al mismo personaje antes impugnado en un nicho de alta preferencia, invitándolo
a compartir la fiesta inaugural de la que será la máxima obra física del
ebrardismo, cediéndole el micrófono principal y regalándole como bono de marcha
la oportunidad de ensalzar las muchas cosas buenas que se pueden alcanzar si
los políticos de distinto signo se deciden a colaborar entre sí.
El anunciado precandidato presidencial 2018 cierra así un
expediente de simulaciones y contradicciones que, con tal de mantenerse en el
buen ánimo del entonces dominante López Obrador, abrió para no reconocer a
Felipe Calderón como gobernante federal legítimo. Mantenía trato indirecto y
flujo burocrático con Los Pinos y sus dependencias, pues hubiera sido
presupuestal y operativamente suicida no hacerlo, pero evitaba cualquier
contacto físico y repelía cualquier posibilidad ínfima de aparecer en
fotografía con el héroe del 0.56 por ciento.
Todavía un año después de que Calderón había rendido
protesta en San Lázaro, el indómito Marcelo decía en la Feria Internacional del
Libro, durante una conferencia, lo suficiente para que La Jornada Jalisco
cabeceara así una nota de Cecilia Durán: Reitera Marcelo Ebrard que no
reconocerá a Felipe Calderón como Presidente de México. Era el 2 de diciembre
de 2007, y el gobernante de la capital del país fanfarroneaba: El 2 de julio no
se olvida. Nosotros no olvidamos. Si no hacemos nada, esto va a volver a pasar.
Lo que nunca va a suceder es que el jefe de Gobierno del DF olvide lo que
ocurrió el 2 de julio, porque fue un atropello (http://goo.gl/LTu4x/).
Casi cinco años después, Ebrard ha olvidado (aunque en años
recientes la desmemoria ya había producido encuentros dosificados en cuanto a
emotividad e intensidad escenográfica; poco a poco el chilango desobediente iba
aumentando el grado de reconocimiento político al hombre de Los Pinos). Ahora
todo fue agradecimiento y elogios entre gobernantes que así han aceptado quedar
equiparados. En el entorno marcelista se empujó la tesis de que esa sesión de
relaciones públicas era necesaria, porque la gran obra de transporte público había
sido posible con aportaciones federales importantes que deberían ser
reconocidas sin mezquindad. En la mencionada nota de diciembre de 2007, Ebrard
también mencionaba: Tampoco nos vamos a poner al mejor postor, porque a mí me
han dicho que si me voy para allá, a lo mejor me dan dinero para que la ciudad
esté bien. No va a pasar eso. Soy coherente. Si llegué con una elección en
2006, tengo claro que debo gobernar para todos, pero tengo un mandato, porque
si no, entonces para qué hacemos elecciones (...) hay que gobernar para todos,
y por eso me reúno con todas las fuerzas políticas. Pero nunca olvidamos de
dónde somos, de dónde venimos y, sobre todo, a dónde vamos.
EXIGEN ACLARAR HOMICIDIO Compañeros de los activistas Ismael
Solorio y su esposa Manuela Solís, de El Barzón, asesinados el pasado 22 de
octubre, denunciaron que el crimen fue facilitado por la campaña de
desprestigio que emprendieron autoridades de Chihuahua contra ambos, debido a
su lucha en defensa del agua en esa entidad. Joaquín (en la imagen), hermano
del hombre ultimado, exigió esclarecer el homicidioFoto Guillermo Sologuren
Subidos en el tren denominado Cuauhtémoc Cárdenas (en una de
las etapas de la inauguración, que contó con corte de listón en exclusiva para
la izquierda y tramos compartidos con FC), contentos de este mutuo fin de
sexenio, Calderón y Ebrard han pretendido poner punto postrero a la página
político-electoral relacionada con la legalidad y la legitimidad. Al final del
viaje (de este viaje, pues Marcelo comienza en diciembre otro, con la vista
puesta en los siguientes comicios presidenciales), el camaleónico Ebrard acaba
celebrando junto con el panista michoacano, ya nada más con una tenue sombra de
incomodidad proveniente del tabasqueño innombrado al que, sin embargo, Felipe
dedica su discurso dorado mediante la tesis subyacente de que habría sido muy
importante que otras fuerzas políticas lo hubieran reconocido como presidente
de la República para lograr obras y servicios trascendentes.
Salvo el caso conocido del senador Alejandro Encinas, quien
anunció que no iría a la apertura de la línea 12 del Metro porque allí estaría
FCH, muchos perredistas de élite acudieron con gusto al viaje de la
reconciliación (todo pagado). Entre ellos, desde luego, el más panista de los
perredistas actuales, Miguel Ángel Mancera, quien ya no deberá hacer los
desfiguros de su antecesor, pues él ya ha reconocido sin reticencia alguna a
Enrique Peña Nieto como gobernante legítimo del país y lo invitará a su toma
chilanga de posesión. Los otros nuevos gobernadores de origen perredista (Graco
Ramírez y Arturo Núñez) también convalidarán con su presencia en San Lázaro al
priísta mientras, según el anuncio hecho semanas atrás, López Obrador y sus
seguidores protestarán simbólicamente en las calles contra una ceremonia que
los personajes encumbrados de esa izquierda electoral aplaudirán en institucionales
recintos.
A final de cuentas, la urbanidad política triunfante es la
que Ebrard reivindicó frente a Calderón y un torniquete de la línea dorada:
Pásele, le disparo el viaje. Luego de tantas vueltas y vueltas de la vida
política, Marcelo regala a Felipe un presunto viaje hacia la disputada estación
legitimidad, de la misma manera que los perredistas victoriosos del momento lo
hacen con Peña Nieto.
Astillas
A confesión de Gamboa, relevo de reforma laboral. Ha dicho
el virtual jefe priísta del Senado que Enrique Peña Nieto también enviará su
iniciativa de modificaciones en materia de trabajo. Es decir (aunque el
yucateco Emilio no lo dijo así), el pleito en cámaras y comisiones es por la
paternidad de la nueva normativa laboral. Enrique no quiere que le sea
atribuida a Felipe y, por ello, Emilio y Manlio Fabio detienen y entrampan para
que la iniciativa del venidero sol tricolor sea la que brille y no la del
panista declinante... Y, mientras Luis Videgaray asegura que EPN no propondrá
aumento al IVA, ¡hasta mañana, entre protestas contra la telebancada
legislativa!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario