Los residentes de provincias
y zonas cercanas a las ciudades en China viven bajo amenazas y temor,
ante una oleada de desalojos forzosos que cada vez se torna más
violenta. Autoridades locales intentan
pagar grandes deudas con la apropiación y venta de tierras a
inmobiliarias, sin importar el costo. Golpizas, detenciones y 41 casos
de personas que se han prendido fuego de la desesperación de perder su
hogar, son algunos ejemplos de la alarmante situación.
Las
autoridades chinas deben inmediatamente ponerle un alto a los desalojos
forzosos, proteger a la población y poner sus derechos antes que
cualquier cosa.
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