Carlos Salinas de Gortari llevaba 91 días como ex presidente de México el 2 de marzo de 1995. El 1 de diciembre anterior le había entregado el poder a Ernesto Zedillo Ponce de León. Ese día de marzo Salinas volvió a jalar los reflectores hacia él, protagonizó un hecho inédito en un ex mandatario mexicano: anunciaba una huelga de hambre, por “honor”.
Públicamente a Salinas no se le había visto desde la toma de posesión de Zedillo en la tribuna de la Cámara de Diputados, donde estuvieron frente a frente, estrechándose la mano, dibujándoseles una mueca que intentaba ser una sonrisa, sin ninguna emoción.
La solemnidad y suntuosidad de la ceremonia en donde se le había visto por última vez a Salinas —de traje negro impecable, camisa blanca, corbata gris y zapatos casi de charol— distaba mucho del lugar donde reapareció como ex presidente de México y también su atuendo.
El regreso del ex presidente a la escena mediática fue en una sencilla habitación de una casa en la colonia San Bernabé, en Monterrey, Nuevo León. Había sido acondicionda a manera de set televisivo. La casa era de Rosa Ofelia Coronado Flores, una promotora de Solidaridad que en al menos dos ocasiones había estado con quien acababa de dejar la Presidencia.
En la habitación donde reapareció Salinas colgaron unos lienzos arrugados para tapar las paredes; la cama sobre la que durmió el ex presidente en dos jornadas tenía una sábana blanca y, del lado derecho, un mueble a manera de buró con tres fotografías en dos portarretratos; en una de ellas aparecía Rosa Ofelia Coronado con Salinas, y una bandera de México en miniatura.
En la parte de abajo del mueble de madera había botellitas de agua, que fue lo único que ingirió en su ayuno. Él apareció con una chamarra de cuero negra, con cuello de borrega, pantalón oscuro y unas botas mineras color crema que se veía habían sido usadas antes.
La ex presidencia de Salinas no comenzó bien para él. Dieciocho días después de haber dejado Los Pinos, México cayó en crisis económica, hubo una devaluación del peso.
El 19 de diciembre, día de esa devaluación, coincidió con que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) rompió el cerco militar que lo tenía refundido en la Selva Lacandona y declaró la autonomía en 38 municipios de Chiapas. Las baterías del gobierno de Zedillo se fueron contra el grupo guerrillero y contra la conducción administrativa que tuvo Salinas durante su mandato, entre 1988 y 1994.
La presidencia de Salinas inició con el escándalo de un fraude electoral que lo benefició sobre Cuauhtémoc Cárdenas y terminó con la declaración de guerra por parte EZLN y los asesinatos de dos de los políticos más cercanos a él: el candidato presidencial Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu, dirigente priista y ex cuñado de Salinas. Aunque también finalizó con la entrada en vigor del TLC con Estados Unidos y Canadá, que hoy sigue vigente.
El ayuno del ex presidente Salinas fue en demanda de que se aclarara que él no había obstaculizado la investigación en el caso Colosio y para que el gobierno de Zedillo reconociera su “error” en la crisis económica del 19 de diciembre de 1994.
Seis minutos antes de las diez de la noche del 2 de marzo de 1995, Salinas llamó al noticiero televisivo Hechos y ahí anunció su huelga de hambre. “Pido respeto a este ayuno y que se diga la verdad”, sostuvo.
Aunque dos días antes, el 28 de febrero, su hermano Raúl Salinas de Gortari había sido arrestado, acusado del asesinato de Ruiz Massieu, el ex presidente dijo que la huelga de hambre nada tenía que ver con ese caso, sino con una cuestión de honor personal. “Esto se está tratando por las instancias judiciales correspondientes y por ellas se seguirá actuando”.
En la llamada de Salinas de Gortari se escuchó decir: “Quiero afirmar que estoy decidido a cambiar lo más valioso que tengo, para que se aclaren estos dos temas que he señalado, primero, sobre la absoluta libertad de la investigación sobre el caso de Luis Donaldo Colosio, por razón personal, pero el segundo porque es la única manera de seguir saliendo adelante. Así que lo más valioso que poseo es la vida, por eso estoy dispuesto a darla a cambio de la verdad”.
Salinas de Gortari levantó el ayuno el 4 de marzo de 1995, luego que el ex presidente y representantes de Zedillo llegaron a un acuerdo. Hubo versiones señalando que el acuerdo era que Salinas emprendiera un exilio pactado y como gesto gubernamental se deslindaría a éste de cualquier participación en el caso Colosio y de responsabilidad en la crisis financiera.
Seis días después, el 10 de marzo, el ex presidente se fue de México. Llegó a Brownsville, Texas y de ahí a Nueva York.
La ruptura pública de Zedillo con el ex presidente Salinas se oficializó primero en Estados Unidos. El presidente Zedillo ofreció una entrevista a The New York Times y ahí hizo público lo que todo mundo sabía en México.
Dos días después, Salinas declaró, también en Estados Unidos, que él podría regresar a México cuando quisiera, pero que por lo pronto viajaría por el mundo.
De Estados Unidos, Salinas se mudó a Montreal, Canadá, en junio de 1995. El ex presidente se enteró en ese destino que Paulina Castañón, esposa de su hermano Raúl, había sido arrestada en Suiza al querer cobrar cuentas bancarias de su esposo con un pasaporte de él con el nombre de Juan Guillermo Gómez.
Poco después de un año de haber dejado la Presidencia, el 3 de diciembre, Salinas seguía en la disputa de espacios y entonces acusó al ex presidente Luis Echeverría de coordinar un movimiento en contra suya.
Después de la huelga de hambre en la casa de Rosa Ofelia, Salinas de Gortari vivió fuera de México, principalmente en Irlanda y Cuba. Irlanda y México no tienen tratado de extradición.
Semanas antes de que Zedillo dejara la Presidencia de México, en octubre de 2000, Salinas presentó su libro México, un paso difícil a la modernidad, pero su imagen no lograba remontar y su hermano Raúl seguía en la cárcel.
Con Vicente Fox ya en las nuevas cabañas de Los Pinos, Salinas empezó a asomar la nariz por el territorio que gobernó. El 28 de diciembre de ese año llegó al estado de Morelos para pasar el Año Nuevo. En diciembre de 2001 el ex presidente se reunió públicamente con Roberto Madrazo, que buscaba ser el líder del PRI.
Carlos Salinas tuvo un encuentro con estudiantes de la Ibero en marzo de 2002; el 11 de diciembre de ese mismo año hizo una visita relámpago de seis horas al estado de Nuevo León. El ex presidente llegó a tierra neoleonesa procedente de Houston, Texas, solamente para participar en el bautizo de la hija de su amigo Enrique Regules.
Con Felipe Calderón en la Presidencia y el reacomodo en el PRI por la nueva derrota de 2006, Salinas empezó a ganar espacio en los medios. En 2010 presentó un nuevo libro, Democracia republicana.
Aunque en 18 años no ha podido recomponer del todo su imagen pública, el ex presidente Salinas ha dejado correr todo tipo de versiones sobre la influencia que tiene en todos los ámbitos de la política nacional, incluyendo sobre el próximo presidente de México, Enrique Peña Nieto, con quien empezará a vivir su cuarto sexenio como ex presidente de México.
Castañeda allanó su regreso
A mediados de mayo de 2003, Salinas se reunió con el entonces canciller de México, Jorge Castañeda y éste fue quien le allanó el camino al ex presidente para que regresara definitivamente a México. El encuentro fue en el restaurante Lola, de Bruselas, Bélgica.
A cambio de terminar el exilio, el gobierno de Fox tendría que ser beneficiario de la influencia de Salinas sobre los priistas que en la Cámara de Diputados obstaculizaban las reformas del entonces Presidente de México en materia fiscal y energética.
Para julio de 2003, la fotografía de Salinas volvió a aparecer en periódicos y revistas del corazón, con cierta regularidad. En esos días su hija Cecilia se casó con Alfredo Gatica.
Como antaño, ofreció una entrevista a The New York Times: “La persecución estatal contra mí ha terminado. El presidente Fox ha sido muy respetuoso conmigo y con mi administración”, dijo Salinas de Gortari al diario estadunidense.
El regreso de Salinas a México y por tanto a la vida política activa y visible puso a temblar a más de uno.
En febrero de ese año murió Raúl Salinas Lozano, padre del ex presidente y en diciembre siguiente su hermano Enrique Salinas de Gortari fue encontrado sin vida en Huixquilucan, Estado de México.
Ese 2004 ya fue un año lleno de actividades públicas para el ex presidente de México.
Después de diez años en prisión, Raúl Salinas salió de la cárcel el 13 de junio de 2005 y el ex presidente se empezó a mover con mayor libertad por México. El 27 de julio aparece con Enrique Peña Nieto, entonces gobernador electo del Estado de México en los funerales de su padre, Enrique Peña del Mazo.
En agosto de ese año vuelve a parar en Chalco, después de haber estado ahí a finales de su sexenio, once años atrás; ese mismo mes se dejó ver en la comunidad Noh Bec de Quintana Roo y fue invitado al bautizo de un hijo de Alfonso Navarrete Prida, el primer procurador mexiquense que llevó el caso del homicidio de su hermano Enrique.
El lunes 29 de agosto de 2005 anunció que haría trabajo de gestor social, de ahí las visitas a Chalco y Noh Bec, y que se mantendría al margen de la disputa que se estaba dando por el control del PRI, de cara a la candidatura presidencial de 2006... Excélsior...
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