En la Mesa Política de Noticias MVS primera emisión, la politóloga consideró que las administraciones panistas terminaron por ‘acomodarse’ al viejo régimen; consideró que el presidente entrante tiene la oportunidad para desplegar un 'modernismo real', pero no hay seguridad de que lo haga.
Redacción AN, Noviembre 26
Durante la Mesa Política de Noticias MVS primera emisión, los analistas Sergio Aguayo, Denise Dresser y Lorenzo Meyer hicieron un balance sobre la administración presidencial de Felipe Calderón, que concluye el próximo 30 de noviembre. Y hablaron sobre las perspectivas en torno al gobierno entrante de Enrique Peña Nieto.
Denise Dresser consideró que el saldo del gobierno panista será muy negativo, a pesar de los avances en Macroeconomía, Calderón cargará con un lápida muy pesada y su administración llevará el sello de los más de 65 mil muertos por una guerra emprendida “voluntariamente” contra el narcotráfico.
Apuntó que el PAN fue incapaz de mantenerse en el poder y de presentar un proyecto distinto. No supo combatir con inteligencia al viejo régimen y terminó acomodándose con él. El castigo para este partido, consideró la politóloga, fue pasar a ser la tercera fuerza política del país.
Por su parte, Meyer señaló que Calderón dejó pasar una oportunidad única para fortalecer la democracia política. Comentó que la administración panista no logró acentuar la confianza en las reglas del juego democrático, que en el 2006 se habían delineado, y que para 2012 éstas se cayeron, bajo la premisa del temor.
Aguayo expresó que la característica que distinguió a los sexenios panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón fue “el desmantelamiento del poder”, y ahora presenta un triste espectáculo al final del gobierno panista, donde el presidente lucha por estirar su presencia ante las cámaras.
Manifestó que Enrique Peña Nieto se esforzará por acumular el poder en la figura del presidente y terminará con una etapa en la cual se debilitó la figura del poder ejecutivo.
Peña Nieto, heredero de Salinas
Dresser consideró que Enrique Peña Nieto se concibe a sí mismo como heredero de Carlos Salinas de Gortari, “quiere ser el siguiente gran modernizador de una generación de tecnoburócratas de los cuales se ha rodeado”.
Comentó que el presidente entrante se abre la posibilidad de remodelar el capitalismo mexicano, pero esto sería ir contra de su herencia, en contra del clientelismo y el corporativismo, que han sido la huella dactilar del PRI. Aunque, dijo desconocer si Peña Nieto tiene la voluntad y la capacidad de ser un “modernizador real”, como lo termino siendo Carlos Salinas de Gortari.
Concluyó que no le sorprendería que Peña Nieto apueste por la privatización parcial de Petróleos Mexicanos y la reforma fiscal. Pero, advirtió que si Pemex se abre a la inversión extranjera sin fortalecer la capacidad regulatoria del Estado, se estará dando paso sólo al fortalecimiento del “capitalismo de los cuates”, ahora de Peña Nieto.
La personalidad de Peña, sin definición
El historiador Lorenzo Meyer manifestó que no encuentra ninguna propuesta novedosa en la administración entrante. Nada que llame la atención o algún punto qué enfatizar.
Consideró que Peña Nieto carece de personalidad definida. Es un personaje que termina adaptándose a la realidad, se mueve hacia donde va el aire. Puede ser de derecha, de izquierda, o de centro, apuntó.
Dijo que “no tiene ninguna historia personal” que permita saber cómo será su gobierno. “Su personalidad es la de no definirse… es forma con muy poco contenido”.
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