Nota de La Nación
Por Verónica Dema
El doctor en Biología Molecular Estanislao Bachrach conoce
como pocos cómo funciona el cerebro y sabe las mil y un formas para ser más
creativos. Este científico, que fue durante cinco años docente e investigador
en la Universidad de Harvard, es un convencido de que tener buenas ideas puede
hacer feliz a una persona y terminar con la monotonía de una vida rutinaria.
Acaba de editar Agil mente (Ed. Sudamericana), uno de los
libros más vendidos de las últimas semanas, que desarrolla estas ideas y hasta
propone ejercicios para despertar el cerebro. "El 95% de nuestros
pensamientos de hoy son iguales a los de ayer y a los de mañana. Cuando uno
empieza a pensar distinto y a tener nuevos pensamientos, lo que hace es empezar
a conocerse más", dice. Pero aclara que esto no sucede por obra y gracia
de Dios. "Hay que trabajar, ejercitar como si el cerebro fuera un
músculo".
Este académico mediático -se lo puede escuchar en su columna
en el programa Perros de la calle, en Radio Metro- se refiere a la importancia
de las emociones en el proceso creativo. "Desarrollar una relación más
consciente con ellas nos permite conocernos más. Y las personas creativas son
las que más autoconocimiento tienen", dice. Al referirse al amor lanza
algunas frases que impactan y que, como dice en el libro, pueden sonar
"poco románticas". Siempre desde el punto de vista de lo fisiológico,
grafica: "Cuando el cerebro está enamorado tiene ciertas similitudes a
cuando está mentalmente enfermo o bajo los efectos de la cocaína".
-¿Cómo se nos ocurren
las ideas? -Más allá de que creamos o no en Dios, es bueno estar convencido de
que las ideas que se nos ocurren vienen de algún lado del cerebro. No es que
Dios nos pone buenas ideas. La teoría más importante que tuvo el Premio Nobel
2001, Erik Kandel, sobre cómo se nos ocurren las ideas se llama la teoría de la
memoria inteligente. Esa teoría dice que las ideas que nosotros tenemos son
simplemente la combinación de historias y conocimientos que tenemos ya
guardados. Se combinan al azar y aparece una nueva idea. Eso ocurre
fundamentalmente en el inconsciente, que es el 80% de nuestro cerebro, y cuanto
más tranquilos, más relajados, cuanto más disfrutemos el momento más ideas se
nos ocurren.
-¿Por esto sostiene
que en el trabajo es en el lugar donde menos ideas nuevas tenemos?
-Totalmente, está comprobado hasta eléctricamente. En el
cerebro tenemos distintas formas de electricidad y en el momento en que hay más
ideas es cuando hay ondas alfa, que son las de relajación. Cuando estamos acá
conversando estamos en beta, es estar atento a lo que uno dice, etc. Es muy
difícil que se te ocurran ideas mientras estamos hablando. Las ideas aparecerán
después, en estado más relajado.
-¿Las empresas
entienden este proceso?
-Algunas sí y lo aplican desde hace años. Mi trabajo en la
Argentina es mostrarles con hechos a empresas que todavía no lo entienden, no
les parece importante, que realmente es una diferencia grande. Primero, para el
empleado: que le den un lugar, que confíen en el. No hay en las empresas mucho
espacio para eso.
Después, aparece algo que es un arma de doble filo. La
empresa abre ese espacio, logra buenas ideas de los empleados y después no hace
nada al respecto. Eso es aún más peligroso porque luego el empleado se frustra.
-¿Por qué nos hace
sentir bien ser creativos?
-Hace bien en varias cosas. Principalmente, ese golpe de
energía que uno siente cuando quiere hacer algo nuevo, porque genera mucho
placer descubrir cosas por uno mismo. Cuando uno ve que no descubre nada, que
sus días son monótonos, que siempre hace lo mismo hay menos placer en su día.
El placer es la química que nos permite decir: 'me siento bien'. Es encontrar
soluciones a los desafíos.
En general, pensamos todos los días lo mismo. El 95% de
nuestros pensamientos de hoy son iguales a los de ayer y a los de mañana
Por otro lado, creativo es pensar cosas que nunca pensaste.
En general, pensamos todos los días lo mismo. El 95% de nuestros pensamientos
de hoy son iguales a los de ayer y a los de mañana. Y eso no está mal y ocurre
porque el cerebro es muy eficiente entonces dice: 'para qué me voy a poner a
pensar algo distinto si ya lo sé, ya lo conozco, ya lo viví y lo entiendo'. El
tema es cuando uno empieza a pensar distinto y a tener nuevos pensamientos, es
lo que hace que sin querer queriendo uno empiece a conocerse más. Razona:
'Porque yo siempre pensé así, pero ahora me conviene hacerlo de otra forma'; o
'yo siempre enfrenté a mi jefe de una forma, pero lo mejor es esta otra', y
así.
-¿Uno puede ser más
creativo en un área que en otra?
-Cuando uno es creativo lo es en donde sea, porque la
creatividad es como un músculo, está ahí quieto porque a partir de primer grado
se aquieta. Lo que la ciencia dice es que está en todos. Este libro es como ir
al gimnasio para trabajar eso que es como un músculo. Ahora, si te encanta el
tenis, o los negocios, o el periodismo la creatividad va a estar aplicada a eso
que vos disfrutás.
-¿Por qué está bueno
pensar un poco como un niño para ser más creativo?
-Porque el niño tiene la creatividad y la lógica como lo
mismo. Nosotros respondemos lógicamente, porque es lo que nos enseñaron y
porque son las neuronas que están encendidas todo el tiempo. La capacidad
lógica es sencilla. El niño es curioso y no le importa si va a ser juzgado o no
(hasta una cierta edad, cuando entra a la escuela empieza a cambiar) entonces,
muchas de las grandes capacitaciones en las compañías apuntan a que los
empleados se pongan en ese modo niño, donde uno es curioso, se preguntas las
cosas como si fuera la primera vez.
-¿La escuela en ese
sentido hace daño?
-Hace lo que puede. La currícula del mundo occidental es muy
parecida a la de la era industrial, la escuela sigue fortaleciendo más el lado
de la razón, de la lógica que el lado intuitivo, empático, creativo. Esto ya
empieza a cambiar, por ahora siento que desde maestros puntuales que se dan
cuenta de lo que el niño necesita.
-¿Cuáles son los tres
cerebros que tenemos? ¿Por qué, tres?
-Es muy fácil: según la teoría de la evolución primero están
los reptiles, mucho tiempo después se convierten en aves o mamíferos, que
terminan en el hombre. A medida que evolucionan los animales los cerebros van
evolucionando también: el de reptil no es que desaparece y aparece uno nuevo,
sino que ese se vuelve más grande, con más neuronas y así hasta el mono y luego
el homo sapiens. Entonces, nosotros seguimos teniendo el cerebro de reptil
adentro.
Tenemos un cerebro muy antiguo, de 500 millones de años, que
es el reptiliano, que se ocupa de las funciones de nuestro instinto: que lata
el corazón, que los órganos tengan movimientos involuntarios, que respiremos,
etc. El cerebro un poco más arriba es el límbico o mamífero, que tiene 200
millones de años, y está relacionado con las emociones, es el que toma
decisiones. Arriba viene el córtex, que es el cerebro que nos hace humanos,
tiene que ver con la razón, el lenguaje, la lógica. Pero es un cerebro que no
toma muchas decisiones porque tiene capacidad de decidir cuando tiene tiempo,
cuando puede comparar, pero en el día a día uno toma un montón de decisiones y
no se las pone a pensar demasiado, lo hace. Eso es emocional porque en
neurociencia hablamos de emociones cuando son inconscientes, cuando no te das
cuenta que estás tomando ciertas decisiones.
Ellas, más intuitivas y comunicativas
-¿Cuáles son las
diferencias cerebrales entre el hombre y la mujer?
-Vienen dadas por la evolución del hombre. Al principio,
cuando el hombre se hizo hombre, que fue cuando apareció el córtex, había dos
grandes tareas en el día a día. Para el hombre, cazar y volver. El no
necesitaba comunicar mucho, ni ser empático, ni entender al otro. Trataba de
cazar y de huir ante amenazas.
La mujer, que se quedaba en el refugio con sus hijos y con
otras mujeres que esperaban a sus hombres, tenía actividades mucho más complejas.
Primero, entender a sus hijos: por qué llora, si tiene hambre, dolor. No había
lenguaje. La mujer que mejor desarrollaba la empatía era la que más hijos podía
dejar de descendencia. Después está el famoso multitasking de las mujeres.
Ellas además de cuidar a sus hijos tenían que cuidar si venía un leopardo,
tenían que recolectar frutos, darse cuenta de si eran venenosos o no, se
cuidaban entre ellas, tenían que detectar si una mujer estaba mintiendo, etc.
Entonces, tenían más tareas que el hombre.
-¿Cómo se traduce eso
en el cerebro?
-En las mujeres hay mayores áreas de comunicación (14/15
versus 4/6); mayor capacidad de comunicación entre hemisferios derecho e
izquierdo: ahí hay un cable de comunicación y el de las mujeres es mucho más
ancho que el del hombre, entonces todo lo que tenga que ver con lo intuitivo,
empático, emocional, creativo la mujer rápidamente le puede poner palabras y
ejecutar. En el hombre están más desconectadas esas áreas. Por eso decimos, en
el lenguaje de la calle, que las mujeres tienen un sexto sentido.
Lo que suma y lo que resta
-¿Cómo se puede
estimular el cerebro sin tomar psicofármacos?
-Que las drogas influyen en la creatividad, sí. Para bien,
pero tienen efectos secundarios devastadores. Jamás recomendaría drogarse con
nada para ser más creativos porque la ciencia muestra que uno lo puede ser sin
tomar nada. Lo otro es que existe mucho el efecto placebo: 'si te doy esto te
va a salir mejor', y la gente es más creativa no porque la droga le hizo algo
sino por eso.
Las drogas influyen en la creatividad, sí. Para bien, pero
tienen efectos secundarios devastadores. Jamás recomendaría drogarse con nada
para ser más creativos
-¿En qué medida el
estrés es bueno para trabajar mejor?
-El estrés óptimo es esa cantidad de tensión que uno
necesita para desempeñarse bien. Si se pasa un poco de su performance perfecta
empieza a funcionar peor porque uno tiene mucho ruido en la cabeza, muchos
problemas, presiones, etc. Cada uno tiene puntos óptimos de estrés. Ahí está el
gran problema de las organizaciones: un buen jefe es el que sabe detectar ese
punto diferente en cada empleado.
-¿Cómo influye el
amor en el proceso creativo?
-Los estados de disfrute, de placer, de felicidad impactan
cien por ciento altamente positivo en la creatividad. Los estudios muestran que
el estar bien donde uno está, contento con su pareja, te permite tener muchas
más ideas. Con ansiedad, estrés, angustia, menos. Hay que tener en cuenta que
la creatividad no es tener la idea perfecta sino que es tener muchas ideas y en
ese volumen una puede estar buenísima.
-¿Por qué en el libro
se menciona que cuando el cerebro está enamorado es similar a cuando está
enfermo o bajo los efectos de la cocaína?
-Hablamos del estado de enamoramiento, cuando sólo se pone
foco en eso y se deja lo demás de lado. Es netamente fisiológico: si analizo un
cerebro en estado de enamoramiento es muy parecido a uno que está bajo los
efectos de la cocaína, súper excitado. Por eso uno no puede estar en ese estado
toda la vida, porque estarías jodidísimo. Eso que dura una semana, un mes, un
par de meses para la creatividad no sirve. Sí, para el período que viene
después. Ahí cuando hablamos de la tranquilidad del amor, de estar bien en
pareja.
-¿En ese sentido es
que se plantea al enamoramiento como una adicción?
-Son estados de mucho placer que uno quiere seguir teniendo.
A veces cuando el amor de pareja se apaga decís: 'quiero más, quiero volver a
tener eso'. En experimentos con resonancia magnética nuclear uno ve qué parte
del cerebro se enciende cuando la persona está enamorada -por ejemplo, se le
muestran fotos del novio o novia- y son partes del cerebro relacionadas con las
adicciones. Claramente tiene algo de adictivo porque se enciende lo mismo que
en los adictos, sólo que en distintas cantidades. Esto es absolutamente
anatómico: esta persona está enamorada, esta es adicta. Las fotos son
parecidas.
Quién es Bachrach
Estanislao Bachrach es doctor en Biología Molecular por la
UBA; realizó su tesis doctoral en la Universidad de Montpellier en Francia.
Además, posee una Maestría en Dirección de Empresas de la Universidad Torcuato
Di Tella, donde hoy se desempeña como profesor de Liderazgo e Innovación.
Enseñó e investigó durante cinco años en la Universidad de Harvard. Se
desempeña también como consultor de diferentes organizaciones nacionales e
internacionales en temas de creatividad e innovación. Jueves por medio se lo
puede escuchar por Radio Metro en el programa Perros de la calle, con una
columna propia sobre neurociencia. Agil mente (Ed. Sudamericana) es su primer
libro.
http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=77926
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