El pasado 31 de diciembre, la plataforma Kalluk –propiedad
de la petrolera Shell- encalló en el Golfo de Alaska, cerca del Refugio Nacional
de Vida Silvestre Kodiak, en donde cualquier derrame tendría impactos terribles
en la vida silvestre local. El área es hogar de por lo menos dos especies en
peligro de extinción, así como focas de puerto, salmón y lobos marinos.
Greenpeace señaló que este incidente retrasaría el Programa
de Perforación en el Ártico que Shell tenía programado para 2013 y exigió al
gobierno de Estados Unidos que cancele las licencias de perforación en la zona
polar.
El Director Adjunto de Campañas, Dan Howells, declaró que
“Las empresas petroleras no pueden operar de manera segura en el Ártico, donde
los riesgos e impactos de cualquier accidente industrial son demasiado grandes
como para soportarlos.”
Empleados de Shell revelaron que el Kulluk ha sufrido daños
graves desde que encalló. Los generadores normales y los de emergencia están
deteriorados, mientras que el agua de mar ha permeado dentro de la plataforma
después de que las olas la golpearan. Se
prevé que las condiciones climáticas continúen deteriorándose durante el fin de
semana.
En 2012, Greenpeace lanzó la campaña Salva el Ártico con el
objetivo de sumar dos millones de firmas para exigir que esta zona sea
declarada santuario para la vida silvestre. Los ciudadanos y ciudadanas
mexicanos contribuyeron con 200 mil firmas entre junio y septiembre del año
pasado.