Nota de Sin embargo.
Está claro que Felipe Calderón Hinojosa fue el único que
creyó en la eficacia de una estrategia contra el crimen, una “guerra” como la
llamó, basada en el uso de las Fuerzas Armadas para combatir en las calles de
las ciudades del país.
Bueno, en realidad fueron dos personas las que creyeron
que con sólo sacar al Ejército y la Marina de los cuárteles se acabaría con el
crimen: lo creyeron el ex Presidente y, claro, su brazo derecho, Genaro García
Luna, ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública federal. Desde el 1 de
diciembre pasado, decíamos en este mismo espacio, y en sólo un discurso, el
gobierno de Enrique Peña Nieto ofreció “poner al ciudadano y a su familia en el
centro de la política de seguridad”.
El mandatario de Chihuahua, César Duarte Jáquez,
desmintió una versión difundida el martes pasado por el general Salvador
Gutiérrez Plascencia, jefe militar en Ciudad Juárez, y afirmó que en esa
entidad no volverán los patrullajes del Ejército Mexicano, pues la presencia de
los soldados en las calles únicamente tensó a la sociedad. “Hace dos años
podíamos ver la excesiva presencia de armas, de elementos, era un sitio de
guerra que generó tensión”, dijo. Aunque el gobernador Duarte Jáquez agradeció
el trabajo del Ejército, también destacó: “De ninguna manera vamos a generar
condiciones para que las fuerzas del Ejército patrullen el estado. Es una institución
sólida que debe mantener su posición atendiendo las regiones que por naturaleza
le competen”.
Por su parte, el gobernador electo de Jalisco, Aristóteles
Sandoval Díaz, también se pronunció por no permitir patrullar al Ejército, al
considerar que las Fuerzas Armadas están para atender otros asuntos y no para
hacerla de policías. Lo que se vislumbra en el corto plazo es el
replanteamiento de una estrategia equivocada que dañó a miles de familias en
México, que ha dejado un trauma severo en la sociedad mexicana y, además,
impactos negativos en la economía de prácticamente todas las regiones del país.
Calderón fue ciego y sordo. Nunca dio paso a las sugerencias y peticiones de
recomponer el camino. Ni con los miles de muertos y desaparecidos generados por
su guerra. Bueno, ni siquiera después del 1 de julio, cuando el rechazo a su
política de inseguridad y su fracaso en la generación de empleos y bienestar,
provocó que los mexicanos enviaran al Partido Acción Nacional (PAN), su
partido, de primera a tercera fuerza política en el país.
Pero esa necedad se
acabó. Paulatinamente, los militares retomarán sus tareas naturales. Toca ahora
vigilar que la estrategia de Peña Nieto, que apuesta a combatir el crimen desde
la raíz, la falta de oportunidades y el ataque a la pobreza, comience a dar
resultados… y deberá ser pronto, porque las matanzas y la violencia irracional
siguen presentes a lo largo y ancho del país.
Este contenido ha sido publicado originalmente por
SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/15-12-2012/11361.
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