miércoles, 21 de noviembre de 2012

La nueva deuda en Tabasco



En Colaboración y para Red GeneraciónKristian Antonio Cerino

Tabasco

Desde niño escucho hablar de la deuda pública. De la deuda externa: los préstamos de México a otros países, los préstamos a organismos internacionales, los autoprestamos para pagar una parte de la deuda o el simple hecho de abonarle a los intereses que no siempre es al capital. Escucho y escucho que el presidente demanda un préstamo, un crédito. Escucho y leo que el gobernador requiere de financiamiento para concluir las obras, pagar laudos, prestaciones, salarios. Escucho y veo cómo los alcaldes se declaran en quiebra financiera y olvidan sus responsabilidades de cubrir los sueldos de los trabajadores.


Cada trienio o sexenio, el presidente, los gobernadores y los alcaldes, dicen abiertamente que las arcas del erario están vacías de una y otra costilla. En resumen: NO HAY DINERO.

Es aquí cuando los ciudadanos se preguntan el porqué del quebranto, de los faltantes, y de la necesidad de ir por el mismo camino que es el endeudamiento.

En este esquema de endeudamiento siempre pensamos en aquellos que demandan el o los dineros: el presidente, los gobernadores, los alcaldes, los 3 órdenes de gobierno. Sin embargo, olvidamos que en el mismo esquema de endeudamiento, en donde están los emisores del mensaje, se presentan los receptores que cumplen con la función de aprobar la petición de los solicitantes. No hubiera endeudamiento si no están de por medio los diputados o parlamentarios.

El gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo (2007-2012) solicitó un empréstito (anticipo) superior a los 4 mil millones de pesos, mismo que se autorizó el pasado fin de semana.

Es la segunda ocasión que Granier solicitó el endeudamiento. Primero fue unos meses después de la inundación de 2007, la que ocasionó los peores daños económicos de los últimos 50 años. En la primera ocasión como en esta segunda, los diputados del PRI votaron a favor del préstamo.

Aunque es preciso decir que del primer empréstito ya no se usó una parte del dinero, mismo que fue devuelto. Entre los argumentos expuestos, escuchados y leídos sobre la necesidad de solicitar más recursos, en ésta última ocasión, resumo: para concluir obras, para pagar prestaciones de fin de año, para concretar el proceso de entrega-recepción, porque se requiere para áreas de salud y educación, para heredar un gobierno “más sano” en sus finanzas. En fin, el recurso tendrá muchos fines.

Lo que sí es un hecho, y que la mayoría coincide conmigo, es que este gobierno reprobó en materia financiera. Es evidente que la administración les cambió la vida económica a algunos colaboradores pero que en materia de urbanidad, desarrollo, nivel de vida, y otros rubros, retrocedimos algunos pasos.

Cuando se pensó que la conclusión del gobierno de Granier sólo sería posible cerrando los ojos y esperar la fecha, a muchos nos tomó por sorpresa la solicitud de más recursos a través del Congreso del Estado.

Oír los argumentos de los diputados priistas, y del Partido Nueva Alianza, sobre el porqué sí era necesario el endeudamiento es para reírse o llorar. Por donde se le vea, no era necesario el endeudamiento, dineros que se irán pagando a través de impuestos y más impuestos.

Debe entenderse este nuevo empréstito como un referente de lo quebrado que concluye la gestión del gobernador Granier. En este tema es de lamentarse el papel de los diputados priistas, a excepción de Lorena Beaurregard de los Santos, que votó en contra del endeudamiento. Lamentar, también, la posición de los diputados del PANAL que conociendo las carencias de sus agremiados se congraciaron con el gobernador para decirle “sí” al endeudamiento. La historia no tiene fin: nacimos viviendo de prestado, y así moriremos.

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