lunes, 19 de noviembre de 2012

EPN y universitarios: a enmendar el camino


Nota de Sin embargo.
Uno de los retos más importantes que tienen ante sí Enrique Peña Nieto y su equipo es establecer un verdadero diálogo e intercambio de ideas con la comunidad universitaria del país. 
Su presentación ante esa comunidad, el 11 de mayo pasado, cuando aún era candidato del PRI-PVEM a la Presidencia de la República no fue afortunada, un mucho menos. 
Luego, la virulenta reacción del presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, y de otros colaboradores cercanos criticando las protestas que vertieron en ese encuentro los estudiantes de la Universidad Iberoamericana, en su campus de la Ciudad de México, no hicieron sino exacerbar los ánimos, y dieron pie a la conformación del mayor movimiento estudiantil en México durante las últimas décadas: #YoSoy132. 
Tanto ha sido el rechazo y críticas de la mayoría de los jóvenes preparatorianos y universitarios de toda la República Mexicana a las políticas presentadas por Peña Nieto y, en particular, a su supuesta liga con las grandes televisoras del país –especialmente Televisa–, que las demandas han tenido que ser atendidas por diversas instancias oficiales para encauzar el descontento y evitar confrontaciones violentas. Ayer, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, dijo que espera tener “relaciones cordiales” con el gobierno del Presidente electo, que entrará en funciones el 1 de diciembre próximo. “Lo que uno espera frente al próximo gobierno es que estas relaciones cordiales (mantenidas hasta ahora con las autoridades del gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa) salgan fortalecidas para el bien de la sociedad”, expuso Narro Robles en una entrevista con la agencia Notimex. “Las universidades mexicanas hemos venido avanzando y lo que yo diría que se espera es que se siga por esa línea de mejoría” durante el gobierno de Peña Nieto. Particularmente, añadió, le preocupan los temas en la relación gobierno-universidades públicas como “la obtención de más recursos y el otorgamiento de estos recursos en presupuestos plurianuales por el fortalecimiento y el respeto a la autonomía universitaria”. “Las universidades públicas en México sirven a la sociedad y a sus estructuras, sirven al Estado nacional y a sus distintos componentes, y por ello necesitamos encontrar fórmulas que nos permitan acercarnos”, insistió el rector de la UNAM. Y ahí está el meollo del asunto, porque EPN y su equipo tienen que considerar que el modelo económico que se ha seguido en el mundo y en México, uno que defienden a capa y espada, ya dio lo que podía dar. Los cambios y ajustes son necesarios, porque no basta generar la riqueza, sino tener mecanismos que realmente la distribuyan a la mayor cantidad de mexicanos posible, para así lograr una mayor equidad. Seguir concentrando la riqueza y las decisiones de desarrollo en unas cuantas manos ya no es la respuesta para este país, cada vez más informado y demandante. Y son precisamente los jóvenes universitarios y preparatorianos los que están exigiendo que ese modelo de concentración se cambie. En México viven los seres humanos más ricos del mundo, pero en los últimos seis años más de 50% de la población se han situado en pobreza y en pobreza extrema, incluso alimentaria. Esto hace insostenible dicho modelo de mercado. La tarea política y social debe, como dijo el doctor Narro, “impulsar el cambio, racional, inteligentemente, ordenadamente, por la vía democrática, y las universidades pueden jugar un papel en ese sentido”. No escuchar las demandas de los jóvenes, ignorarlos e incluso acusarlos de “porros” no es el camino para abrirse al diálogo y evitar que ese sea un foco rojo en el sexenio que está por iniciar.

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/19-11-2012/10784. 

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