Por Mariana Favela * , publicado en Sin embargo.
Frente a una organización que ensaya una democracia directa y
participativa, los medios al servicio del poder y el poder al servicio de los
medios, se esmeran por construir cabezas ficticias cuyo discurso se acopla con
comodidad a la cartelera de la simulación democrática.
La política de la imagen
que ayudó a construir el producto presidencial, inventa ahora la imagen
telenovelera de muchachos críticos cuyo discurso se adapta con comodidad al
teatro democrático. El sistema telepolítico se aprovecha de la miseria ética de
los sujetos que se prestan para ello.
La crítica más peligrosa que un
movimiento social puede hacer a las estructuras tradicionales del poder es
organizarse de forma descentralizada, democrática, horizontal y efectiva. Es
peligrosa porque exhibe el autoritarismo de las estructuras de los partidos
políticos, los sindicatos charros y los medios de comunicación, pero además es
estratégica porque es el mecanismo más efectivo contra la infiltración y la
cooptación.
Con formas organizativas no centralizadas, se pueden cooptar individuos pero no al movimiento. De fondo, el problema del circo telenovelero que Televisa presenta como “debate político” en el Programa Sin Filtro es la ridiculización de la protesta social, es la manipulación mediática que sirve para simular una aparente apertura democrática en los medios y para deslegitimar las demandas que han articulado amplias movilizaciones, aquellas que apuntan, con acierto, a la malsana colusión entre el poder político y mediático en este país.
Lo que vivimos es una readaptación de las formas
tradicionales de cooptación. Cuando el telepoder no puede intervenir en la
organización social, incorpora a su programación una versión aligerada, cómoda
y ridícula de la crítica. En un país marcado por el dolor y la muerte, la
violencia y la corrupción, la colusión de la clase política y empresarial con el crimen organizado; en un país donde el
Estado reprime violenta y cínicamente como sucedió en Michoacán; en un país
donde se pretende legalizar la explotación y el abuso de los trabajadores
mediante la reforma laboral; en un país donde la lucha por la autonomía y la
defensa de los territorios indígenas es acallada con fuego y sangre;
en un país donde un represor, ligado con el narcotráfico y que gobernó
el estado con más feminicidios, pretende ocupar la silla presidencial con el
favor de los medios de comunicación, no podemos permitir que nos distraiga la
telenovelización de la protesta social.
En el país de las ficciones hasta la
cooptación es simulada. Televisa se queda con los personajes que inventó. En el
país del corporativismo, la tranza y la cooptación, un movimiento que pretende
la democratización auténtica del país, no puede dejar de celebrar que ha aportado
alternativas a la forma jerárquica y centralizada de organizarse. La lucha
contra la concentración del poder en la deliberación sobre los asuntos
públicos, es la mejor estrategia contra la cooptación y los intentos de
desarticulación de la manifestación social.
El Movimiento #YoSoy132 sigue
trabajando, a pesar de la ofensiva en su contra, que ahora presenta la
cooptación como un espectáculo mediático. No somos la caricatura que Televisa
vende de nosotros. La creatividad, el arte y la espontaneidad con la que miles
de personas en todo el país se reúnen en asambleas y grupos de trabajo, es la
verdadera cara del movimiento. Es la lucha por la democratización del país y
contra el neoliberalismo.
El movimiento 132 quiere transformar la vida política
del país desde una visión apartidista, pacífica, plural y democrática. Somos
estudiantes, trabajadores, indígenas, migrantes, maestros, periodistas, amas de
casa, jóvenes, ancianos, campesinos y artistas, todos dispuestos a caminar,
escuchar y aprender de otros.
Somos la lucha cotidiana por un país donde
quepamos todos. Nuestra voz y nuestras demandas no caben en la estrechez de sus
pantallas ni de sus poderes. No queremos las migajas del poder, queremos justicia y libertad para construir una
democracia auténtica. El movimiento no tiene líderes porque somos una voz de
voces, un tejido de inquietudes, un paso en un camino que no es sólo nuestro y
en el que, afortunadamente, no hay marcha atrás.
* Mariana Favela @favulas.
Estudia el Doctorado en Filosofía de la Ciencia. Pertenece a la Asamblea de
Posgrados UNAM #YoSoy132.
Este contenido ha sido publicado originalmente por
SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección:
http://www.sinembargo.mx/26-10-2012/410623.
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