El anuncio de la concesión del Nobel de la Paz a la Unión Europea (UE) este viernes ha generado múltiples reacciones de dirigentes de la región.
El jefe de la Comisión Europea, José Manuel
Barroso, dijo que el premio representaba un gran honor para los 500
millones de ciudadanos de la UE.
Mientras tanto, la canciller alemana Angela Merkel dijo que la distinción supone un estímulo y también una obligación.
Un exministro de Relaciones Exteriores
británico, Sir Malcolm Rifkind, destacó el papel de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN), diciendo que un premio para la
preservación de la paz en Europa debería ser dividido entre la alianza
militar y la UE.
Sin embargo, los ciudadanos más escépticos han expresado su rechazo al premio.
El parlamentario de derecha holandés Geert
Wilders, dijo bromeando: "¿Qué sigue, un Oscar para (Herman) Van
Rompuy?", haciendo referencia al presidente del Consejo Europeo.
Por su parte, el político británico antieuropeo
Nigel Farage, del Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP),
calificó la concesión del galardón a la UE de una "atrocidad".
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