Nota de Vida y salud.
Un grupo de investigadores canadienses analizó a 4,100
adolescentes y encontró que dormían en promedio 7.9 horas durante la semana y
9.4 horas durante los fines de semana. Cerca de un 20% reportó mala calidad de
sueño durante la semana y el 10% durante el fin de semana. Algunos, el 6%,
dijeron usar medicamentos para ayudarse a conciliar el sueño. Este estudio,
publicado en la revista CMAJ (Canadian Medical Association Journal) también
habló en concreto de que el hecho de dormir mal -entendido como despertarse
temprano o frecuentemente durante la noche, dificultad para quedarse dormido o
tener pesadillas- se relaciona directamente con factores de estilo de vida como
comer alimentos fritos, tomar bebidas con cafeína y sodas, hacer poco ejercicio
y pasar mucho tiempo frente a los videojuegos y mirando la televisión.
Estos
factores hacen que, por supuesto, la presión arterial sea más alta y los
adolescentes estén con sobrepeso, teniendo concretamente una cintura de mayor
tamaño. Además, se les detectaron niveles de colesterol alto.
Una combinación de malos hábitos es lo que hace que muchos
adolescentes no puedan dormir bien, y el no dormir bien, también causa malos
hábitos. Es un círculo vicioso que termina afectando la salud cardiovascular de
los jóvenes, que puede empeorar durante la adultez.
Para tener una salud 10 puntos, los adolescentes deben
dormir entre 8.5 y 9 horas cada noche. Sin embargo, muchos tienen problemas
para conciliar el sueño temprano y para poder lograr dormir esta cantidad de
horas. Si tienes un hijo adolescente y sospechas que tiene problemas serios
para dormir, deberías visitar al médico. Luego de análisis y preguntas, un
especialista podrá diagnosticar algún trastorno del sueño y ofrecer un
tratamiento que vaya de la mano con el diagnóstico.
Recuerda que dormir bien es indispensable para tener una
buena salud.
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