Nota de Sin embargo.
Si el PRI está de vuelta, por qué el gobierno que se
autonombra progresista en la Ciudad de México y el derrotado Partido Acción
Nacional no iban a traer de regreso a sus propios fantasmas. Primero hablemos
de Joel Ortega Cuevas, el ingeniero electricista egresado de la ESIME del
Instituto Políticos Nacional, y quien fuera protagonista de uno de los grandes
escándalos del sexenio de Marcelo Ebrard Casaubón.
En diciembre de 2004, el ex
jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador lo nombró
titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF),
luego de que Marcelo Ebrard –quien entonces ocupaba ese cargo– fuera destituido
por el presidente Vicente Fox Quesada.
Ya con Ebrard al mando de la Jefatura
de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Ortega Cuevas fue ratificado, en
diciembre de 2006, en la Secretaría de Seguridad Pública de la capital del
país. La historia del entonces poderoso jefe de la policía capitalina daría un
vuelco el 20 de junio de 2008. Entusiasmado por generar atención de los medios,
Ortega dispuso un operativo en la Delegación Gustavo A. Madero –al que incluso
invitó a la prensa capitalina– para “impedir” la venta de bebidas alcohólicas y
drogas en la discoteca New’s Divine. La falta de planeación, estrategia y
coordinación de la policía fue tal que se provocó una estampida en el lugar, un
tapón –debido a que las salidas de emergencia estaban bloqueadas– que provocó
la muerte por asfixia de 12 personas, entre ellas dos policías auxiliares, un
policía judicial y nueve jóvenes. Algunos de los heridos por la
irresponsabilidad de las autoridades aún viven con lesiones que les ha
dificultado llevar una vida digna. El entonces presidente de la Comisión de
Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza, elaboró un Informe
Especial con las diversas violaciones a Derechos Humanos por parte de la SSPDF,
la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF) y el personal de la
delegación Gustavo A. Madero. Además, Álvarez Icaza señaló como funcionarios
responsables de la tragedia a Joel Ortega Cuevas; al subsecretario de la SSPDF,
Luis Rosales Gamboa; al titular de la PGJDF, Rodolfo Félix Cárdenas, y al ex
delegado de la Gustavo A. Madero, Francisco Chíguil Figueroa. Sin embargo, a
ninguno de ellos se les fincó sanción alguna, ni jurídica ni administrativa. En
su caso, Joel Ortega renunció a la SSPDF el 8 de julio de 2008. Desapareció un
rato de la escena política hasta que, en 2010, reapareció públicamente al
solicitar al Instituto Electoral del Distrito Federal el registro de la
agrupación política local (APL) Ciudadanía y Democracia, de la que se fue
presidente. Apenas el año pasado, el ex jefe policiaco fue aspirante del PRD a
la Jefatura de Gobierno; después, cuando Miguel Ángel Mancera Espinosa ganó la
candidatura del frente progresista fue parte del grupo cercano que acompañó la
campaña del hoy Jefe de Gobierno del DF, y ayer, finalmente y luego de
especulaciones que lo situaban de nuevo en la Secretaría de Seguridad Pública,
fue nombrado por Mancera Espinosa como director del Sistema de Transporte
Colectivo Metro.
Para muchos ese nombramiento fue realizado con calzador. Antes
y ahora, los padres de familia de los jóvenes muertos y heridos en el New’s
Divine han reclamado y mostrado su indignación a Mancera Espinosa por tener
cerca de Ortega Cuevas. Esas familias, que han conversado con SinEmbargo.mx,
afirman que aun ahora no duermen en paz desde la trágica muerte de sus hijos y,
por ello, junto a grupos de activistas todavía buscan que se les haga justicia.
El gobierno del DF, afirman, ni siquiera se ha hecho cargo de los gastos por
servicios médicos e indemnizaciones de aquellos que, por los golpes recibidos o
la asfixia, actualmente no pueden valerse de sí mismos.
Las preguntas de los
padres del New’s Divine son las que muchos otros ciudadanos se hacen: ¿Por qué
reincorporar ahora a un gobierno que ofrece ser “progresista” a un funcionario
con un mancha tan oscura como Ortega Cuevas?
¿Qué le pasa a Mancera Espinosa?
El otro fantasma que ha resurgido en los últimos días, esta vez desde el PAN,
es Juan Molinar Horcasitas. Cuando todos pensaban que con la salida de la
Presidencia de su amigo Felipe Calderón Hinojosa, el futuro político de Molinar
Horcasitas se había ensombrecido nada: ahora el también presidente de la
Fundación Rafael Preciado cayó parado. Fue uno de los negociadores del
blanquiazul del Pacto por México, del que además es secretario del Consejo
Técnico. Molinar es recordado no sólo por su amistad con Calderón, sino porque
en como titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fue el primero
en iniciar licitaciones de los servicios subrogados de guarderías. Su gestión
al frente del IMSS duró tres años y concluyó el 3 de marzo de 2009. A los tres
meses, el 5 de junio de 2009, ocurrió el incendio de la Guardería ABC, en
Hermosillo, Sonora, una de las estancias infantiles subrogadas por el IMSS, y
donde fallecieron 49 niños y 76 resultaron lesionados.
La Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en sesión del 14 de junio de 2010, conoció el proyecto
del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, que estableció que sí existió
violación grave de los derechos del niño y su interés superior, del derecho a
la protección de la vida e integridad física, del derecho a la seguridad
social, del derecho a la salud y del principio de igualdad de trato entre
hombres y mujeres por parte de diversos servidores públicos, entre ellos el
director general en turno, Daniel Karam Toumeh, y el director general de 2006 a
2009, Juan Francisco Molinar Horcasitas. Sin embargo, el proyecto de Lelo de
Larrea fue rechazado por el Pleno de la Corte y en junio de 2010 se exculpó a
Molinar Horcasitas.
A pesar de las claras irregularidades que generaron el
incendio en la Guardería ABC ni los dueños ni los funcionarios de los tres
niveles de gobierno que tenían responsabilidad directa han sido castigados.
Para los padres de los 49 niños fallecidos y los 104 con lesiones, Molinar es
el artífice del escenario de la tragedia. Tanto Joel Ortega Cuevas como Juan
Molinar Horcasitas tienen mucho qué explicar a la ciudadanía, pero no ha habido
poder legal que los obligue.
Ahora, señalados y vituperados, vuelven a la
escena política en cargos decisivos, sin mostrar asomo de vergüenza.
Este contenido ha sido publicado originalmente por
SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección:
http://www.sinembargo.mx/opinion/12-12-2012/11316.
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